Pandemia: la crisis económica de los artesanos de Guerrero

Eduardo Yener Santos

Artesanos del Alto Balsas

 

Decenas de familias de los municipios de Tepecoacuilco, Mártir de Cuilapan y Eduardo Neri dedicadas a la elaboración de artesanías de barro, llevan casi un año sin poder comercializar sus productos de forma directa al público, y el gobierno no los ayuda para enfrentar la crisis generada por la pandemia de Covi-19.

Debido a las medidas sanitarias implementadas por el gobierno desde marzo de 2020, el turismo disminuyó en Guerrero, ciudades como Taxco, Acapulco y Chilpancingo suspendieron la instalación de tianguis y han restringido el acceso a los mercados.

En el Alto Balsas de Guerrero, entre las regiones Norte y Centro de la entidad, destaca la producción de artesanías de barro, talladas y pintadas a mano por indígenas nahuas.

Antes de la pandemia, unos ciento cincuenta productores ofrecían sus artesanías en el tianguis El Mirador, instalado a la vera de la Autopista del Sol, en el sitio conocido también como Puente Solidaridad.

Actualmente, con la ausencia de turismo y el retiro de los anuncios de promoción de El Mirador que hizo Capufe, en este lugar quedan veinte artesanos que, de los quinientos pesos de venta diaria antes de la pandemia, hoy venden solo cincuenta. 

En la cadena de producción artesanal, los afectados no solo son los artesanos de El Mirador. En el primer eslabón están los alfareros como Luis García, quien confecciona barro en la comunidad de Xalitla, municipio de Tepecoacuilco, desde hace siete años y produce cientos de piezas, pero en 2020 tuvo que despedir a siete trabajadores por falta de dinero.

Luis ha reabierto su taller Los Acapulco para seguir haciendo figuras de barro, pero los compradores no acuden. A pesar de que fue censado por servidores de la Nación del gobierno federal para el Programa de Microcréditos para el Bienestar, el recurso tampoco ha llegado.

La señora Irma, también de Xalitla es una de muchas mujeres artesanas de su comunidad, situada sobre la vía Iguala-Chilpancingo, donde la mayoría de los mil quinientos habitantes se dedica a la elaboración de artesanías, actividad heredada por generaciones.

Las mujeres lo aprenden desde los doce años de edad para seguir haciéndolo toda la vida. Juana y Siona son artesanas. Fabrican, pintan y venden desde hace más de veinte años en El Mirador. Ellas son las primeras mujeres en sentir la crisis económica, porque desde el año pasado los turistas han disminuido su paso a Acapulco.

Todos los artesanos del Alto Balsas piden tener trabajo; salir a vender sus artesanías. Pero si las autoridades sanitarias les piden quedarse en casa, entonces demandan ayuda de los programas sociales.

En esta zona del estado, se fabrican artesanías de barro cuyos precios van desde diez hasta quinientos pesos. Vasos, tazas, tarros, platos, cucharas, alcancías, jarrones, alhajeros, floreros, servilleteros, saleros, ceniceros, además de figuras decorativas, ropa regional bordada; todas ellas hechas a mano.

 

 

Productores de balones de Chichihualco

 

Alberto Morales Adame y Emilio Molina son talabarteros y fabricantes de balones de futbol desde 1973 en Chichihualco, cabecera municipal de Leonardo Bravo. Durante estos cuarenta y siete años de trabajo no habían padecido crisis económica total como la que ahora enfrentan a causa del Covid-19.

En su taller de balones Guerrero, cientos de balones están almacenados y empacados listos para ser vendidos, pero la oferta de la pelota es nula. En tiempos de pandemia, vender este producto se ha vuelto difícil.

El confinamiento ha estancado el balón de futbol; los juegos de las ligas locales están suspendidos y hay restricción de acceso a los centros deportivos. Las consecuencias, decenas de familias de Chichihualco dedicadas a la elaboración de estos productos, enfrentan pérdidas porque no han tenido ventas desde abril de 2020.

En otros catorce talleres más, cientos de balones también están estancados. La comercialización es complicada. Las ventas cayeron en su totalidad. De quinientos a mil balones que cada taller lograba vender a la semana antes de la pandemia, ahora venden doscientos cincuenta cada mes.

El balón de futbol de Chichihualco alcanzó auge y popularidad en los años sesenta, época en la que llegó a haber alrededor de sesenta talleres en este municipio, porque la marca mexicana Garcis alquiló los talleres para la fabricación de balones que le vendía a la liga mexica de futbol. Hoy, la venta a la famosa marca deportiva solo es recuerdo y orgullo.

Con la entrada del Libre Comercio en 1994, la Federación Mexicana de Futbol rechazó el uso del balón de Chichihualco en la liga profesional del país, con el argumentó que la pelota fabricada en este lugar no cumplían los requisitos legales ni el peso que demanda la FIFA.

Sin embargo, los productores tiene otros datos: «Esos de la liga son malinchistas, prefieren comprarle a los chinos en vez que a nosotros. O si llegan a comprar, nos piden poco y compran más a los chinos, porque les dan más barato. Prefieren ganarse o ahorrarse unos pesos con un producto de baja calidad», recrimina Alberto Morales.

Las tiendas deportivas de Chilpancingo, Cuernavaca y Ciudad de México no les han solicitado balones desde mayo de 2020; o si llegan a comprar, la cantidad es mínima.

En esta cabecera municipal ubicada en la puerta de la Sierra de Guerrero, los productores de balones lamentan que con la pandemia del Covid han conocido la peor crisis económica. Ellos no fueron censados por el gobierno federal para ser beneficiados del programa créditos a la palabra; tampoco han recibido ayuda del gobierno estatal, menos del municipal.

Emilio Molina, trabajador de Alberto con más de treinta años de antigüedad, no espera ayuda económica del estado, solo desea que las autoridades promuevan o impulsen programas para que las ligas de futbol y las tiendas deportivas de Guerrero compren el balón, y ellos siempre tengan trabajo.

En las paredes del taller Guerrero resaltan dos fotografías donde aparece el propietario del taller, Alberto Adame, al lado de dos futbolistas profesionales. Una es con Carlos Hermosillo, en su etapa de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), cuando Alberto lo visitó en la Ciudad de México para ofrecerle el balón de Chichihualco, pero el exfutbolista no volvió a buscar a los artesanos. La otra fotografía es con Manuel Negrete, exfutbolista guerrerense que acudió a esta cabecera, pero solo se tomó la foto.

También resalta una lona autografiada por el exportero acapulqueño Jorge Campos, presumiendo un balón de Chichihualco.

Alberto Morales y Emilio Molina ya rebasan los cincuenta años de edad, pero desean seguir fabricando balones, por tres razones. Dar trabajos a los jóvenes a fin de evitar la migración hacia Estados Unidos. Que los jóvenes no se enrolen en la delincuencia ni en la siembra de amapola que tanta fama le ha dado a la Sierra de Guerrero. Y que el balón siga rodando en todas las canchas de futbol.

–Además del ingreso que reciben por fabricar balones, ¿qué satisfacción ha sentido en estos más de treinta años? –se le pregunta a Emilio Molina.

–Sí me gusta hacer balones, de algo me ha servido por eso sigo aquí, pero ¿satisfacción? No sé. Me da mucho gusto cuando veo que niños y jóvenes se divierten jugando futbol con un balón Guerrero que yo hice con mis propias manos.




Baloneros de Chichihualco. Sin salida.
Yener Santos

Aquí, en Xochis, está prohibida la reelección: Daniel Sánchez

[Segunda de dos partes]

Eduardo Añorve

«Daniel es un monstruo» –dice una persona que lo conoce de cerca–, «un monstruo de la política» –con admiración, lo dice, con pasión, convencido, tal vez, aunque, en el fondo, censure su modo de proceder, de operar políticamente, aunque sepa, sin dudas, que él está obligado a actuar así, que se ha preparado (es una palabra, una aproximación) gran parte de su vida para actuar así, y ahora que llegó al poder municipal en Xochistlahuaca, lo está mostrando.

Esta segunda parte de la entrevista de Trinchera con el presidente de Xochistlahuaca, Daniel Sánchez Néstor, se publica en primer lugar por su pertinencia periodística. Se realizó el martes 16 de febrero, enfrente de las oficinas principales del Ayuntamiento, al mediodía.

Es un martes a mediodía. Después de faltar a la cita del día anterior, acudo a buscar al presidente del municipio de Xochistlahuaca, pensando en que la suerte me hará encontrarlo. Y lo encuentro. Está en su camioneta, en el jardincillo que se ubica afuera de las oficinas del Ayuntamiento. Me ve, me saluda; me invita a entrar a su camioneta; ocupo el lugar aledaño al suyo, el del conductor, y conversamos (así lo pide, en caliente, de inmediato, sin titubeos). Está contento. Las últimas veces que lo he visto, ya en el cargo, lo he visto contento, a diferencia de hace unos tres, cuatro años, cuando se veía agotado.

Charlamos sobre temas como su continuidad o no en el gobierno, a través de sí o de otra persona, como mucho se estila en nuestro mundillo político en Guerrero y en México; sobre su posible sucesor en el cargo; sobre las dificultades tenidas en el desempeño de su administración. Él incluye otros temas que le interesan: la posible candidatura de su esposa al distrito 16 del estado de Guerrero; la continuidad del Morena (partido a través de la alianza ciudadana que lo llevó a la presidencia y le permitió derrotar a la cacique Aceadeth Rocha Ramírez; partido al que no se ha afiliado). Cuando un asunto lo conmueve, suele repetir la frase, lo que ocurre en varias ocasiones durante esta charla.

–¿Seguirá en la política?

–Sí, cómo no. Yo voy a seguir en la política, me gusta la política ¿Cómo? No me puedo quedar callado, soy bien mitotero…

–Política comunitaria…

–A eso me refiero, me refiero a eso. Por ejemplo, yo le digo a las personas, cuando vienen acá: «Oyes, Daniel, ¿ya te vas a ir?». «Sí, pero, acuérdense que no voy a dejar mi cabeza aquí, en la presidencia, se va conmigo; así que ustedes pueden seguir contando conmigo en lo que nosotros estamos capacitados: en derechos, para brindar asesoría, gestoría. Ustedes pueden contar conmigo». Vamos a seguir sirviéndole a la gente. Mira, la gente nos busca, nos ha buscado siempre y nos va a seguir buscando porque, hasta el día de hoy, no le hemos fallado, no tenemos derecho, de verdad que no tenemos derecho a fallar, y no le hemos fallado. Entonces, existe la confianza.

Por supuesto, uno no es monedita de oro, y puede haber detractores, pero a ellos mismos les digo que… al tiempo, al tiempo, porque, quienes me han criticado, en este periodo… no los voy a mencionar… pero, la inmensa mayoría, el 90% de los que me critican, ahora son candidatos, o son aspirantes a candidatos…

–¿A quién vislumbra como su sucesor?

–Bueno, seguramente ya vislumbro, ¿no?, a una persona que trae el mayor respaldo, pero no lo puedo decir porque sería como adelantarme a los tiempos, y creo que debo ser respetuoso de las aspiraciones de todas y todos, porque, incluso, en la política, como en muchas cosas de la vida, de un momento a otro cambia la situación, por algún error, por algo que tenga alto reproche social, y pueda cambiar lo que yo diga ahora. Entonces, yo, desde aquí, invitaría a todos los aspirantes a que se sienten, que acuerden… si se puede decir… que acuerden anteponiendo los intereses colectivos y, por supuesto, que no tiren sus aspiraciones, pero que no esperen la encuesta, no esperen la encuesta, porque después va a haber inconformidad: «No. Es una encuesta cuchareada. Tal vez el presidente la cuchareó». Pero yo no estoy en el proceso, no estoy en el proceso. Ellos tienen la oportunidad de decir: «Va fulana, o va zutano». Y eso, en la mesa lo pueden hacer. Entonces, si pierden esa oportunidad y le dan la oportunidad a que se decida en una encuesta… entonces, yo los convocaría a que antepongan el interés de Xochis y que haya unidad para que no haya regreso del cacicazgo.

(A la sociedad política y civil de Xochistlahuaca, el cacicazgo del PRI, en la persona de Aceadeth Rocha Ramírez, le ha costado muertes, recursos para el desarrollo y la vida dignos, división y enfrentamientos. Ahora, ella se prepara para volver a competir por la presidencia, después de que fue derrotada por una gran alianza ciudadana, encabezada por Daniel Sánchez.)

–Se refiere a su partido…

–Sí, me refiero a Morena, me refiero a Morena. Yo no estoy afiliado a Morena, pero llegué por las siglas de Morena y tengo que tener gratitud, por la gratitud rima con el éxito. Quien es ingrato, siempre, no tiene éxito. Hay que tener éxito.

–No cambiará de partido, o de simpatías…

–No, no, no. Estoy aquí. Yo, la única manera en cómo podría moverme de un lugar, es cuando se violenta –digamos–, cuando hay una imposición, cuando hay una imposición a todas luces. Digamos: yo me puedo percatar cuando alguien… Vamos a hablar más claro. Yo me puedo percatar cuando alguien pretende poner un candidato débil para el regreso del cacicazgo y, ahí sí, yo podría… marcaría distancia. Pero no me voy de Morena; tal vez yo podría tener ciertas reservas, ¿no?, tener ciertas reservas. Pero yo creo que va a haber continuidad en Xochis, yo creo que –por cuanto hace al trabajo del gobierno–, pues ya está esa parte; hemos marcado la diferencia, está muy claro que hemos marcado la diferencia. Y, ya, ahora les toca a los aspirantes ponerse de acuerdo…

–¿Va a escribir, ya, sus memorias?

–Fíjate que no, yo creo que no, no tengo el tiempo para hacerlo…

–Años intensos…

–Sí, son años intensos, sí, y muchas experiencias. Aquí… hay tantas cosas que escribir y tantas lecciones de vida, ¿no?, tantas cosas que debiéramos escribir los gobernantes para que la gente conozca cómo se vive desde el poder, o cómo se vive siendo gobierno, ¿no? Por ejemplo: sacrificas todo; la cuestión de familia; la cuestión individual, la sacrificas.

También, encuentras muchas lecciones; por ejemplo, hablemos de esta lona, de esta manta que está aquí (en el edificio de la Comisaría Ejidal, a menos de veinte metros donde conversamos, hay colgada manta con la leyenda inscrita: «Fuera Daniel Sánchez. No dividir más al pueblo. ¡Respeto al ejido!».), eso puede darnos una lectura: Hay un poder agrario en Xochis, que tiene que caminar bien con el poder administrativo; cuando se rompe (la relación), por cualquier motivo que sea, los perdedores son los de la colectividad, ¿no? Yo tengo buena relación con el comisariado, a pesar de la lona; hablamos, platicamos. Le digo: «Ahora nomás falta que nos peleemos nosotros, ¿no?» (Se ríe). «Eso sería lo más peor», le digo. Y ya, también él ya se va, se va dos meses antes que yo; deseo que elijan bien, también.

–¿A qué dificultad se ha enfrentado, que lo haya hecho dudar de su convicción de ser presidente?

–Mira, mi gran limitante… que tuve… siempre fue el hecho de no poder continuar como veníamos en el primer año, cuando llegó la pandemia; esto me encierra y me obliga a tomar decisiones que yo no acostumbro tomar, como Cabildo o como Consejo Municipal de Salud. Eso es lo que me golpeó mucho…

–¿Y en lo interno?

–Creo que las cosas que se dificultaron, en algún momento, es de que la gente sigue pidiendo obras complementarias, no básicas. Y, entonces, de pronto… nosotros tenemos un dinero… sesenta-cuarenta, el porcentaje… de pronto, nos tenemos que ir para arriba, para poder satisfacer algo que nosotros no estamos convencidos que sea bueno. Por ejemplo, yo no estoy convencido de que sea bueno hacer una calle o… sí, una calle; yo preferiría que pudiéramos hacer un sistema de riego, pero la gente te pide la calle, la mayoría te pide la pavimentación de calles. ¿Qué es lo que más te piden? ¡Es eso!

–El progreso..

–Sí, como que… «Ya tenemos una calle pavimentada». Pero los que viven allí, al lado de esa calle, ni cambiaron su dieta alimenticia, ni sus ingresos, ni nada; solamente cambiaron el clima, pues va a hacer más calor, va a hacer más calor, pero… La mayoría; por ejemplo, aquí, el año pasado, yo violenté esa norma: estoy en setenta-treinta; me tuve que ir hasta setenta por ciento. Ya, me voy a arreglar con Auditoría, porque era también que no tuviéramos el conflicto social con los pueblos, ¿no? ¡Setenta, y treinta de obra básica!

Ayer fuimos a inaugurar, se pude decir, el alumbrado público de la parte alta de Arroyo Mujer Uno. ¡No! Fue impresionante ver la cara de la gente cuando prendieron los focos, y dijeron: «Ya llegó la luz. Muchas gracias». Y yo les dije: «Éste es dinero del pueblo; que nadie los condicione. Las próximas elecciones… son mujeres y hombres libres… voten por quienes les guste. Ése (la adjudicación de obras por parte de políticos que aspiran a gobernar) es el mal del pasado». Entonces, hay que trabajar esa parte, hay que trabajar esa parte.

También, yo siento que me faltó acá poder hacer esas obras que eran de mayor impacto al principio; o sea, inversamente. Porque yo sentí tanta presión de la gente, de decir: «Quiero mi calle, quiero mi calle, quiero mi calle», y dejamos lo que es el libramiento (para construir una vía de entrada y salida idónea a la población) hasta este año, una vez que llevamos coberturado (sic) todo… todas las localidades, hoy, siento que puedo disponer de estos recursos para poder hacerlo. Pudiera ser al revés, ¿no?

También hay un tema que, seguramente, va a sacar mucha roncha, es el tema de que… leí que mi esposa se había registrado para el distrito 16. Entonces… hasta el momento no se ha registrado, pero se ha estado comentando que pueda competir. Es Xóchitl Irene Castañeda Flores. Yo te puedo decir: Lo más difícil, es que ella no quiere, y cuando alguien no quiere, pues, está difícil… Ella está diciendo que no, que no, que no. Entonces, si el grupo de compañeros que hace vida orgánica dentro de la organización respeta esa decisión, no irá, no irá.

(El distrito 16 está representado precisamente por el partido con el cual ambos simpatizan, el Movimiento de Regeneración Nacional, y la actual diputada, Nilsan Hilario Mendoza, es uno política neófita, oriunda de Ometepec, que llegó a la curul por la relación que Andrés Manuel López Obrador tenía con su padre, y cuyos resultados son deficientes. Hilario Mendoza pertenece a un grupo contrario al de aquellos.)

–¿Y qué dice el marido de su esposa?

–Yo digo que vaya, y ella me dice que no quiere ir, y dice: «No quiero ir por mis hijos, por mi familia, por mi esposo». Y yo le digo: «Si piensas que va a haber una separación, eso tiene que ver con otros valores, porque hay personas que no necesariamente van al Congreso y, lamentablemente, rompen sus relaciones. Tiene que ver con otro tipo de valores». ¿No?

–¿Será que nos han mal acostumbrado estas parejas que pretenden entronizarse en el poder? Julieta y Manuel, Evodio y Perla, Omar y Jared…

–A ver, déjame decirte: Si realmente tuviéramos que medir a los candidatos de acá, con el respeto debido, y lo he escuchado de voz de alguien que tiene trabajo social… yo también coincido con él… mi esposa sería electa por mayoría para estar en la presidencia, pero eso no está bien, desde mi concepción, y en la concepción de ella. Contra eso hemos luchado: que no se enquisten en el poder. Contra el cacicazgo. Y, también, yo tenía mano, yo podía reelegirme sin renunciar al cargo, pero, por convicción social, no lo hago, no lo hago. O sea, la reelección, para Xochis, ha sido veneno puro; entonces, aquí, en Xochis, está prohibida la reelección. Moralmente. Nosotros no estamos ahí.

Ahora, hacia el distrito, me parece que sí debemos mandar una propuesta de Xochis, porque, también, hay que romper con la tradición de que siempre los diputados son de Ometepec, y hay una hegemonía política; entonces, nosotros, pues, son votos nada más que están cautivos: «Seguro van a llegar». Pero, si revisáramos qué realmente han hecho los diputados locales para con Xochis, ¡todos!, entonces veríamos que, pues, nos han quedado a deber, y yo creo que si va alguien de acá, aunque no sea mi esposa, pero que vaya alguien de acá, realmente podría irle bien a Xochis.

Yo tenía intenciones de competir en el distrito V (federal), quería yo ser el presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas del Congreso de la Unión, con un objetivo fácil: incidir para la creación del hospital de segundo nivel. Es que esas decisiones se toman allá, y tenemos que estar allá. Y eso, yo lo he entendido, es la parte fina, pues, fina, pero muy cuestionable de las prácticas que suceden. Eso, ya se lo planteamos a Andrés Manuel, no nos dio respuesta; entonces, yo decía: «Es pelear allá». Al final no voy y me quedo acá, pero vamos a seguir insistiendo en ese sueño. Entonces, así están las cosas en Xochis. ¿Algo más?

–Al revés: ¿algo más? («Que el pez, por su boca muere», pienso, pero no lo expreso.)

–Yo creo que sería muy conveniente que estemos atentos a que en este proceso electoral veamos si el gobierno municipal es capaz de respetar la voluntad popular. Eso sería como la parte más bonita que podría llevarse uno como satisfacción, porque, al momento, repito, no estoy metido en nada, no estoy metido. Y es un error político. Pero es muy gratificante poder mirar a todos por igual: hay piso parejo para todos.

–Bueno, en mi pueblo ha resultado que, ante la imposición, candidatos que abandonan sus partidos, terminan ganando…

–Fíjate que me causa mucho gusto no estar metido, que no le esté alzando la mano a alguien; eso me causa mucho gusto. Y me entristece la reacción de algunos compañeros que consideran que yo debí haberles levantado la mano. Entonces, eso, como que no me gusta, no me agrada, porque yo los estimo bien, los estimo bien, pero ni siquiera necesitan que yo haga eso, ni siquiera. Yo creo que la gente va a decidir bien. Eso espero.

–¿Está inaugurando una nueva forma de hacer política en Xochis?

–¡Totalmente, totalmente! Bajo palabra de honor. Por ejemplo, al principio me decían: «Tú apoyas a tal candidata»; y últimamente dicen: «Daniel apoya a su primo José Felipe López Néstor». Y yo te puedo decir a ti: No es de mi equipo político, mi primo, ha sido antagónico. Pero yo no le tengo, en absoluto, mala fe. Entonces, si acá se decidiera que fuera él o fuera otro, yo estaría obligado a apoyar… pero no estoy metido en eso. Yo tengo a otros candidatos o aspirantes más cercanos a mí, más cercanos, ¿eh?, y a ellos mismos yo les he dicho: «No puedo». Y José Felipe ni siquiera me lo ha pedido tampoco. Entonces, hay garantía. Que la gente sepa que no estoy metido. Y también diría que el ciudadano puede decir a quién le he pedido el voto para alguien, que lo digan: «Daniel habló conmigo para favorecer a fulano». Que si algún comisario, algún líder… No he hablado nada, no voy a hablar. Es una nueva práctica. Va a estar bien esto. Al final del día, yo habré de cumplir mi ciclo acá, bien.




Daniel Sánchez. Cierre de ciclo.
E. Añorve

Baloneros de Chichihualco. Sin salida.

Del 22 al 28 de enero de 2021 al

#1044

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