Maestros, Estado y Educación

Humberto Santos Bautista

...todo Estado (plantea tiende igualmente a crear y a mantener cierto tipo de civilización y de ciudadano..., a hacer desaparecer ciertas costumbres y actitudes y a difundir otras, el derecho será el instrumento por el cual alcanzar este fin al lado de la escuela y de otras instituciones.
Antonio Gramsci

El poder político organizado como Estado constituye el máximo grado de organización social. El Estado como forma jurídica ha resultado tan atractiva, que por siglos ha mantenido un debate permanente sobre su verdadera naturaleza, y que en esencia pueden sintetizarse, por considerar las más importantes, en dos tesis: una que acepta la existencia y la función del Estado como dato inobjetable y, por tanto, como una necesidad; y otra que lo niega y lo enfrenta como hecho que, en primera o en última instancia, carece de la legitimidad histórica o teológica.

El Estado legitima su poder a través del derecho, consecuentemente, el derecho va indisolublemente ligado al Estado, y es difícil precisar si se haría posible la existencia del uno sin el otro. Luego entonces, el derecho no es algo adicional al Estado, sino elemento sustancial del mismo. De manera que el poder político se manifiesta a través de una serie de normas y de actos normativamente regulados. Por ende, no se puede atribuir a la institución estatal un carácter puramente coercitivo y dejar de lado las funciones de primer orden que desarrolla en el terreno ideológico y cultural. En este sentido, Gramsci define al Estado como: «...todo el complejo de actividades prácticas y teóricas con las cuales la clase dirigente no sólo justifica y mantiene su dominio, sino también logra obtener el consenso activo de los gobernados».

Gramsci agrega un elemento adicional a la coerción: la hegemonía, traducida ésta en la ecuación: dirección política más dirección cultural. «Coerción y hegemonía han formado siempre la unidad inseparable del ejercicio del poder: adecuar la conciencia y la manera de pensar de los individuos al interés de los dominadores es la base del funcionamiento de todo Estado».

De acuerdo con las tesis de Gramsci, se observa que la educación se convierte en una de las funciones sustantivas del Estado Moderno, y la escuela es una de las instituciones clave a través de la cual el Estado difunde su ideología. El Estado debe concebirse como «educador», precisamente en cuanto tiende a crear un nuevo tipo o nivel de civilización.

Ese criterio rector del Estado no ha variado en materia educativa y, quizá por eso, siempre han tendido más a la consecución de fines político-electorales, los cuales siempre son cuantitativos y terminales, en detrimento de los fines que privilegien una mayor calidad en los servicios educativos que se ofrecen al pueblo y, con ello, legitima, en los hechos, una política que contribuye a ensanchar la brecha de la desigualdad, debido a que las políticas educativas que se instrumentan tienen que ver más con las metas políticas de la administración sexenal en turno, que con las necesidades reales de la escuela pública y el desarrollo de la democracia en su significado más profundo, por lo que la democracia sigue siendo algo inédito. Si el propio artículo constitucional que reglamenta a la educación define a la democracia, ¿hasta dónde la educación está vacía de democracia?, y si el problema es la democracia ¿cómo democratizar las instituciones políticas y sociales?, pero, sobre todo, lo más interesante: ¿cómo democratizar la vida pública desde la educación?

Hasta ahora no se ha problematizado a fondo esa relación compleja entre el Estado y el magisterio, porque esa relación ha estado dominada, más bien, por la demagogia política, lo cual ha impedido la participación democrática de los maestros de base para analizar en serio tanto la problemática laboral que afecta al gremio, como lo que es la esencia de la tarea que se le asigna a los docentes, esto es, los problemas pedagógicos y académicos de la escuela pública, y el haber relegado esa tarea a un segundo término, ha tenido como consecuencia, el hecho de que no se tenga un proyecto educativo propio, porque todavía no se entiende que una alternativa pedagógica solo puede ser elaborada por los maestros mismos, porque solo de esta forma tendré raíces propias y partirá de hipótesis confiables, sustentadas en la práctica pedagógica y social. La falta de democracia propicia la desvalorización del trabajo intelectual del maestro. No es la calidad académica ni el prestigio ganado en las aulas el medio más idóneo de promoción social o económica. Los ascensos, los cambios de adscripción, etc. son logrados como producto de las relaciones con la burocracia oficial y sindical, hecho que trasciende el trabajo concreto de la transmisión del saber: ausentismo del maestro, improvisación pedagógica, etc.

Para hacer posible el mejoramiento de la calidad de los servicios educativos y hacer de la educación un proceso de formación integral de los sujetos, se necesita una reforma que comprometa al gobierno, a los maestros, padres de familia, alumnos, medios de comunicación, etc. Hay una crisis profunda por la que atraviesa la escuela pública que hoy amenaza con absorberla y cancelar toda posible vía de solución. Éste es un problema que no se ha medido en su dimensión real, pues empiezan a pagarse los costos del abandono de la escuela, el cual se expresa en los elevados índices de deserción y ausentismo de docentes y alumnos. Éste es un problema que no se ha medido en su dimensión real, pues es preocupante observar que la institución escolar acelera su proceso de desvalorización ante la sociedad. Los elevados índices de ausentismo y deserción que después se traducen en reprobación tienen en parte su explicación en este fenómeno que todavía no ha sido estudiado con detenimiento, como lo es el hecho de que la escuela no tenga medios institucionales para retener en sus aulas a las niñas y niños, lo cual debiera de ser razón suficiente para hacer una autocrítica profunda y corregir a tiempo esas deficiencias, luchando de manera organizada para reorientar los cambios que en materia educativa demanda la sociedad mexicana.

Esa autocrítica debiera de empezar por preguntarse si la participación de los docentes en los procesos electorales se ha traducido en el abandono del trabajo docente al priorizar la actividad política en detrimento del trabajo pedagógico y si a su vez han utilizado a los padres de familia y hasta a los niños como clientela electoral, y si eso no le ha redituado ningún beneficio a la institución escolar ni a la comunidad, cual es el costo que esto ha tenido para la escuela, sobre todo, las adscritas en el nivel básico. Si la participación de los docentes no ha servido para transformar el sistema educativo y solo lo ha deteriorado, ¿cuáles serán los objetivos ahora de las luchas magisteriales, sobre todo, de la disidencia? La participación democrática del magisterio tendría que plantearse la revalorarización del trabajo intelectual del maestro, la recuperación de la creatividad y el poder de decisión por parte de los comprometidos en la práctica pedagógica, con miras a elaborar un proyecto educativo congruente con las necesidades del contexto actual y apoyado en la experiencia práctica de los profesores, para proponer un regreso a clases con una estrategia propia. La lucha por la democracia sólo tiene sentido si se plantea una reforma profunda de la educación que no esté aislada del compromiso social.

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¿La 4T llegará a Guerrero?

José Francisco García González

Con la llegada de Évelyn Salgado Pineda al gobierno del estado, se esperaría que en Guerrero se realicen cambios de fondo, so pretexto de seguir el ejemplo del gobierno federal en su proyecto central: la Cuarta Transformación, que encabeza el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, debido a que ella pertenece al mismo Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que el mandatario. Urge que se instaure en nuestra entidad una nueva forma de gobernar, con más honestidad y sensibilidad para diseñar políticas públicas que incluyan a los sectores de población siempre marginados de los beneficios del presupuesto público. En general, los guerrerenses aspiramos a que se acabe la rapiña de los dineros públicos en los tres niveles de gobierno. El federal, hasta donde se ha visto por ahora, hace lo propio, al respecto. Ya no es lo mismo cuando nos remitimos al papel que desempeñan gobiernos estatales y municipales. En nuestro caso debe interesarnos lo que sucede en la entidad. Se han perdido casi los seis años del gobierno astudillista; no se logró ningún avance en el rubro económico ni en el ámbito de la seguridad, y luego nos vino a perjudicar aún más la pandemia, que tomó mal parados no solo a una nación, sino al mundo entero, incluyendo a las naciones económicamente desarrolladas, con mucha más razón a las más pobres bajo el régimen neoliberal que consiste en aplicarles políticas de endeudamiento, auspiciadas por los organismos financieros internacionales, cuya sede central se encuentra en Washington, con filiales ubicadas dentro del territorio de las potencias económicas. Estos organismos de alguna manera han sido factor de atraso en las economías de los países con una gran franja de pobres. Es necesario asomarse un poco a la naturaleza y origen de estos organismos, porque hasta los últimos rincones del mundo han causado perjuicios. Y México no es la excepción. Además de cargar con la desigualdad al interior entre los estados y municipios, tenemos que cargar con una deuda externa que ya se ha pagado muchas veces mediante la forzosa aplicación de las tasas impositivas en el pago de intereses. Y es ahí donde actúan esos organismos financieros internacionales. Es el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), fueron fundados en una reunión de cuarenta y tres países en Bretton Woods, New Hampshire, Estados Unidos, en julio de 1944. Los objetivos que se plantearon fueron la reconstrucción de la economía durante el periodo de la posguerra (Segunda Guerra Mundial) y la promoción de la cooperación económica internacional, entre las naciones más afectadas en su economía y territorio, así como «contribuir al estímulo del buen funcionamiento de la economía mundial». Ahora, setenta y siete años después se ha convertido en la institución central del sistema monetario internacional, generando cuantiosos endeudamientos, no solo a los países pobres, sino a los mismos desarrollados. «Los acuerdos originales en Bretton Woods incluyeron planes para la creación de una Organización Internacional para el Comercio (OIC), aunque éstos quedaron inconclusos hasta la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) durante la década de los 90».

El otro es el Banco Mundial (BM), que se estructura en una especie de cooperativa integrada por ciento ochenta y nueve países, y es en realidad un grupo formado por varios organismos. «Se le conoce como el Grupo del Banco Mundial y lo integran el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la Corporación Financiera Internacional (CFI), el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI) y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI)». Uno de sus principales objetivos (según su política de acción) es el de reducir la pobreza en el mundo, concediendo créditos para el desarrollo a los países que lo necesitan. Obviamente cobrando intereses que tienen ahorcada a más de la mitad de los países del planeta.

En determinadas cuentas, vivimos en un mundo totalmente globalizado en el que las relaciones económicas entre países son inevitables. Aunque algunos piensan que esto es algo nuevo, en realidad viene de muy atrás. El nuevo orden económico que apareció tras la Segunda Guerra Mundial y propició el surgimiento de diversos organismos financieros internacionales. Otra es la Organización Mundial del Comercio (OMC), que no es tan antigua como los dos organismos anteriores. Sus orígenes se remontan a 1994 y siempre ha tenido su sede central en Ginebra (Suiza). Su objetivo principal es la apertura del comercio a todos los países del mundo. También es considerado como un foro para que los gobiernos negocien acuerdos y logren la apertura del comercio. Sus principales pilares se conocen como los Acuerdos de la OMC, que son extensos y complejos. Fueron negociados, ratificados y firmados por la mayoría de los países del planeta que participan en el comercio mundial.

Todos éstos se planteaban jugar un papel en la estabilidad de las finanzas de las naciones. Sin embargo, a raíz de la última crisis económica mundial, las críticas hacia estos organismos han ido en aumento. Se les acusa de aplicar las mismas recetas a todos los países a los que ayuda, con resultados dispares y no siempre satisfactorios. Además de generar crecimientos ficticios que no se reflejan en la economía de los países endeudados «hasta el cuello», entre los que se encuentra México. La causa principal es haber padecido gobernantes irresponsables y corruptos en exceso. Permitieron de manera abierta y descarada el saqueo de los recursos naturales renovables y no renovables, para que se beneficiara a manos llenas un reducido grupo que conforma una oligarquía que se creía dueña absoluta del país.

Otro organismo es la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Como su propio nombre indica es un organismo de cooperación internacional cuyo objetivo es coordinar las políticas económicas y sociales de sus treinta y seis países miembros. Nació en 1961 como sucesora de la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE) y tiene su sede central en el Château de la Muette, en París. También se le conoce como El club de los países ricos, ya que sus miembros representan el 70% del mercado mundial. Las famosas cumbres del G7, son los representantes del 64% de la riqueza global y son la materialización no formal de la cúspide de la OCDE. Es por eso que, en sentido estricto, son los que diseñan las directrices y señalan las rutas que deben seguir las mercancías y los grandes capitales que se invierten en la naciones dependientes; eh ahí por qué no ha sido nada fácil que el presidente López Obrador pueda lograr en estos casi tres años de gobierno avances socialmente satisfactorio de su proyecto alternativo de nación, porque existen resistencias desde los mismos organismos internacionales, que son en realidad los que dictaban las políticas públicas que se deberían aplicar a pie juntillas; y los gobiernos bajo una obediencia ciega lo hacían sin poner ninguna resistencia. Por eso resulta un tanto fantasioso decir que se ha terminado con el neoliberalismo; más bien se está tratando de acotar, mediante una distribución distinta del ingreso, dando prioridad a sectores de la población que antes estaban fuera de la asignación de recursos, ya ni siquiera para salir de la pobreza y lograr un crecimiento real en la economía nacional, sino como una forma de contener la enorme brecha de la desigualdad social que aún sigue latente entre los más de ciento veintisiete millones de mexicanos. Desde nuestro punto de vista era necesario dar una repasada sobre estos organismos que has sido factor de asfixia de naciones pobres y con la pandemia éstos en lugar de debilitarse salen más fortalecidos.

Continuando con el tema central, en nuestra entidad federativa se pretende instaurar la cuarta transformación como eje rector del gobierno que encabezará Evelyn Cecia Salgado Pineda, al menos eso ha dejado en claro en sus discursos. Habla de seguir los preceptos y valores de: «no mentir, no robar y no traicionar al pueblo».

Con el desarrollo de los foros quizá no haya logrado los objetivos esperados, pero ahí podemos encontrar los ejes temáticos que plantean la ruta por la cual debe desarrollarse una manera distinta de conducir un gobierno que se espera sea de mejores resultados; y es hasta cierto benéfico que haya una estrecha relación con la Federación. Estaremos al pendiente de los primeros pasos que dé la futura administración morenista; así mismo, es necesario que cada sector que conforma esta comunidad guerrerense participe activamente para avanzar hacia una mejor convivencia y coadyuve a lograr una vida más democrática y de respeto mutuo. Si no, seguiremos cayendo en las mismas prácticas de siempre. Y son esas mismas inercias las que no nos permiten salir del atraso y avanzar hacia una nueva forma de vida. Urge hacerlo por las nuevas generaciones. Desde su propia perspectiva, la gobernadora electa hace el llamado a la participación de los ciudadanos guerrerenses, como una tarea fundamental e indispensable en la integración y construcción de la agenda de su gobierno para el sexenio 2021-2027, por lo que por voz propia convocó a la participación de todos los guerrerenses a los foros para abordar los siguientes temas: 1). Estado de derecho, paz, acceso a la justicia, gobernabilidad y gobernanza democrática. Democracia, instituciones sólidas, combate a la corrupción, transparencia, rendición de cuentas, gobierno abierto, seguridad pública, acceso a la justicia, combate a la impunidad.

2). Educación, Ciencia, tecnología, arte y Cultura. Desarrollo cultural, educación humana y de calidad, infraestructura educativa, arte, innovación y desarrollo tecnológico, acceso universal a las TIC’s. (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones son los recursos y herramientas que se utilizan para el proceso, administración y distribución de la información a través de elementos tecnológicos, como: ordenadores, teléfonos y televisores).

3). Desarrollo económico y actividades productivas. Turismo, industria, campo, ganadería, pesca, puertos, transporte marítimo y terrestre, comercio, minería y zonas libres.

4). Bienestar y erradicación de la pobreza. Erradicación del hambre, pobreza, migración, empleo, ingreso digno, salud pública universal, vivienda digna, seguridad alimentaria.

5). Derechos Humanos, igualdad de género, grupos vulnerables, juventud, niñez y diversidad sexual. Discriminación, desigualdad social, marginación, igualdad de género sustantiva, inclusión social, conquista de derechos.

6). Desarrollo sostenible. Energías limpias, contaminación, cambio climático, deforestación, abasto de agua, manejo de residuos, saneamiento, transporte.

De estos temas, si son bien abordados, bien podría obtenerse una riqueza en propuestas de cada una de las regiones, con la única finalidad de lograr un gobierno que les sirva a todos los guerrerenses, sin distingo de raza, edad, nivel académico, religión, condición económica o militancia política. Todas y todos debemos estar incluidos en las decisiones que se tomen, por el bien de la sociedad en general.

A casi ciento setenta y dos años de que se fundó el estado de Guerrero (27 de octubre de 1849), aún seguimos sufriendo un rezago histórico que sin resignación ni fatalismo, bien podríamos superar en años venideros. Y para ello necesitamos de la participación y concurso de todas y todos los que habitamos estas tierras del sur que cuenta con una superficie de 64 281 km² y tiene una población de 3.541 millones al año 2020, según cifras del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI).

Para abatir los márgenes de pobreza en Guerrero es necesario aplicar políticas similares a las del gobierno federal, tomando en cuenta a todos los sectores de población por igual para formarlos en las tareas productivas y sean factor de progreso en cada una de las ramas productivas de la entidad. La unidad de medida para ir evaluando los avances de políticas más responsables debería ser los núcleos familiares, con el doble propósito de consolidar los valores que se han ido perdiendo durante las últimas décadas y cohesionar aún más el tejido social que brinde mejores condiciones para ir conteniendo la ola imparable de crímenes por los grupos que se nutren principalmente de jóvenes, que han sido carne de cañón y la franja de los que han perdido la vida a partir de que Calderón le declaró la guerra a las bandas del crimen organizado.

De acuerdo con los datos del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), «en el año 2018 había en el estado de Guerrero 2.41 millones de personas en condiciones de pobreza, una cifra equivalente al 66.5% de la población del estado»; siguiendo con los datos de esta institución, «de 2008 al 2018, la pobreza en Guerrero disminuyó 2.0 puntos porcentuales al pasar de 68.4% a 66.5% (...) de 2008 a 2018, la pobreza extrema en el Estado se redujo en 5.6 puntos porcentuales al pasar de 32.4% a 26.8%».

En términos del análisis del índice de Marginación a nivel regional, se encuentra que de las siete regiones en que se divide Guerrero, en tres (Centro, Montaña y Costa Chica, donde vive 40 de la población estatal) se presenta una media de muy alto grado de marginación. De algo que no debemos estar orgullosos es el de tener el municipio más pobre de México. Se encuentra enclavado en la zona montañosa, es Cochoapa el Grande, con niveles de miseria que se equiparan a los países africanos como Mali o Malawi, según el último reporte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Según todo esto, para el gobierno de Evelyn Salgado Pineda debe ser todo un reto sacar del rezago al estado de Guerrero y plantearse con seriedad emprender su gobierno con reglas estrictas de austeridad republicana y vencer la tentación de caer en los mismos vicios y costumbres de los gobiernos anteriores, no solo que gobernaron con ocurrencias, sino que lo hicieron con un alto grado de corrupción y al final no han dejado más que decepción y desencanto para los guerrerenses, que, dicho sea de paso, han aportado mucho a la patria.

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Guadalupe Rodríguez. Vida y lucha truncadas.

Del 6 al 12 de septiembre de 2021 al

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