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bala perdida

Carlos F. Ortiz

 

 

 

BLACK MIRROR

(de Netflix)

 

 

Serie de televisión
Género Ciencia ficción Drama televisivo
Creador: Charlie Brooker
Temporadas 3

 

 

 

 

La televisión ha cambiado; la manera en que la vemos es diferente, no sólo por su contenido, sino también por las nuevas plataformas, como Netflix o Blim, así también por su apertura al internet. Las Smart TV nos proporcionan poder navegar libremente por la red. La televisión ha cambiado porque también ha cambiado el público, los espectadores. La televisión abierta ha buscado la manera de permanecer en el gusto del telespectador.

En México, las empresas, mejor dicho el duopolio que representan Televisa y TV Azteca, se han dado de pronto contra un muro, y no han encontrado la fórmula para derribarlo. Tv Azteca apostó por traer telenovelas y teleseries de Brasil, de Asia, de Colombia, y dejar de producir sus propias series. Atrás quedó el trabajo que venía realizando en compañía de Argos Televisión, como novelas como Demasiado Corazón y Mirada de mujer. Pero al final le apostaron a lo simplón, al cliché y al melodrama. Ahora se encuentran pagando sus facturas.

Por su parte, Televisa da cambios de imagen, se quiere rejuvenecer, pero no cuenta con el equipo creativo para lograrlo, porque siguen viendo al espectador como gente limitada e ignorante. Es una televisora acartonada, que vive aún de su pasado telenovelero.

El espectador o telespectador, ha madurado, necesita otro tipo de programas, y si no los encuentra en la televisión abierta y privada, va y lo busca en la red, ahí encuentra una mayor diversidad; así mismo, es dueño del tiempo, no se sujeta a los horarios de programación. 

Las series han evolucionado. Lejos están aquellas series que sólo entretenían, con las que crecimos muchos de nosotros, como El príncipe del rap, La niñera, Friends, El auto increíble, Magnum, Salvados por la campana, MacGyver, Guardianes de la bahía, Alf, entre otras muchas. Recuerdo algunas que ya iniciaban con algunas tendencias de las nuevas series, Los años maravillosos, la vida juvenil de Kevin; V, una historia sobre una invasión de extraterrestres, o  la ya mítica los Expedientes secretos X, de la que fuimos fans muchos de mis amigos de aquella época.

Pero no fue hasta que llegaron series como Twin Peaks, de Devid Lynch; Los Soprano, Perdidos, Mad Men, The Wire, Anatomía Grey, Homeland; la magnífica Breaking Bad, y la popular Juegos de Tronos, que dieron un nuevo viraje a las series de televisión. 

En el 2012 aparece en la televisión inglesa la serie Black Mirrors (espejos negro), una serie conformada por capítulos independientes, pequeñas historias distópicas que nos muestran un mundo aterrador y dramático, que nos hace reflexionar sobre el futuro que nos espera si seguimos dándole tanta importancia a las nuevas plataformas de comunicación, nos quedaremos sin vida privada, se acotaran nuestras libertades.

La serie me hizo recordar otras series que veía en mi infancia, Dimensión desconocida, El teatro de Ray Bradbury, Alfred Hitchcock presenta –inolvidable la silueta de su presentador y la música de entrada–, Relatos de lo inesperado, que se basaban en cuentos de Roald Dahl, y Cuentos de la cripta
Los capítulos son dirigidos por jóvenes cineastas ingleses que nos llevan por el vértigo que nos proporciona la tecnología. La soledad, el miedo, la manera de comprender el mundo. Lo que nos llena de terror no es la historia narrada, sino lo posible de que lo que vemos pueda ser posible.

 

 

 

 

 

 

 

 

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