Zihuatanejo. Desolación.
[Foto: Hercilia Castro]

Coronavirus en Costa Grande:

El privilegio de la cuarentena

Hercilia Castro

A menos de una semana del comienzo de la cuarentena impuesta como medida preventiva contra el Covid-19 (coronavirus), la dinámica social ha cambiado, aun cuando México no entra todavía a la fase 2 de la pandemia. Calles despobladas, escuelas de todos los niveles desiertas, restaurantes vacíos, playas casi sin gente, tiendas solitarias.

El paisaje es desolador a pocos días del aislamiento preventivo en la mayoría de las poblaciones del país. La Costa Grande no ha sido la excepción y ya sufre estragos a su manera. Más que el virus, el temor es lo que está deteniendo a la gente.

El 28 de febrero, el subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, del gobierno federal, Hugo López Gatell, informó a los medios de comunicación del primer caso de Covid-19 (Coronavirus) en un hombre de treinta y cinco años, originario de la Ciudad de México, que había regresado de un viaje a Italia. El segundo caso se dio en Sinaloa.

La Secretaría de Salud ha reiterado que el brote del Covid-19 deberá pasar por tres etapas para ser considerada epidemia en el país. Actualmente México sigue en la fase de importación del virus; es decir, los contagios que se han dado se adquirieron fuera de las fronteras del país.

Las etapas del coronavirus son: Importación de casos. Se trata de una etapa con números reducidos de infectados que contrajeron el virus fuera del país. No hay medidas estrictas de sanidad (como cerrar fronteras o cancelar actividades normales), salvo las indicadas para prevenir la propagación como reducir el contacto físico, lavarse constantemente las manos, supervisión de casos detectados, divulgación de información pertinente en oficinas y escuelas y estar atento a los medios de comunicación oficiales.

Fase 2: Transmisión comunitaria. En esta fase ya se registran casos por coronavirus por contagios dentro del país. Con esto se convierte más complicado saber el origen de la pandemia y por ello las medidas se vuelven más estrictas, como la cancelación de múltiples eventos, suspensión de clases y en algunos cosas hacer trabajo desde casa.

Fase 3: Etapa epidemiológica. Es cuando el virus afecta a miles de personas en varias localidades. Por su urgencia, se ponen en marcha protocolos sanitarios más drásticos como la cuarentena generalizada.

Los más afectados con esta contingencia en este punto de la Costa Grande son los comerciantes y turisteros, los vendedores ambulantes que a diario salen a buscar el sustento. En la costa, el ritmo de vida no es igual al de la ciudad. Las repercusiones económicas son más notorias, porque miles de habitantes viven del turismo, la pesca y el campo. Si no venden, no tienen para comer. La cuarentena es un privilegio, un lujo que no se pueden dar los de abajo.

Playa Linda luce casi vacía, no hay turistas ni muchos comerciantes. Los pescadores que se encuentran con sus negocios a la orilla de la playa, solo abrirán un rato. Alina y unos diez meseros descansan bajo la sombra de un almendro sobre el estacionamiento de esta playa; siguen esperando gente. Y mientras, bromean.

Jesús dice que sí les está afectando el coronavirus, no saben qué van a hacer, pues ya se nota la ausencia de turismo internacional.

Alina, toda su vida ha sido restaurantera de la Isla de Ixtapa, toda su vida ha ido a la playa y se ha embarcado para llegar a atender a sus clientes, trabajar con el personal. Dice: «Sí, claro que ya nos está afectando; nosotros, lo fuerte de nosotros, eran los fines de semana que venía gente del Bajío, y ahora, pues las playas se están quedando solas. Hay probabilidades, no sabemos exactamente, de que, si esto continúa así, algunos restauranteros van a cerrar».

Detalla, que tan solo de la Isla, son quinientos trabajadores, entre meseros, cocineros, y restauranteros. Los meseros presentes cuentan que son comisionistas.

Jesús dice que en un buen día, pueden ganar más de trescientos pesos de propinas, y en un mal día solo cincuenta pesos. La mayoría tiene familia que mantener.

Alina sugiere que sería muy importante que los gobiernos estatal y federal deberían tomar medidas para apoyarlos. «Yo estoy viendo que en otros países están apoyando a sus empleados, siempre y cuando sí permanezcan en la cuarentena; yo aquí desconozco cómo lo vaya a manejar México», expone.

«Si un restaurante no tiene turismo, pues, no puedes mantenerlo abierto», dice muy segura.

Otros meseros comentan que saben que hay cancelaciones y que sus clientes conocidos, constantemente llaman para preguntar cómo va el coronavirus en el puerto.

Pero en el transcurso de unos días, el panorama empieza a ser desolador para quienes viven al día. Los hoteleros de La Unión ya comienzan a ver las cancelaciones. Un 50% de las reservaciones a hoteles y resorts han sido canceladas por la pandemia.

Víctor Santana Morales, líder hotelero, dice que desde el fin de semana pasado, ya no tuvieron la llegada de visitantes de Estados Unidos y Canadá debido a las restricciones de viaje impuestas para mitigar el Covid-19.

También hoteleros de Zihuatanejo e Ixtapa comenzaron a reportar cancelaciones debido al virus; sobretodo, del turismo del Bajío, que sostiene casi todo el año al puerto. A los comerciantes de los domingos culturales se les indicó que por un mes se abstuvieran de vender sus productos; sin embargo, no se habló de apoyos para resarcir las pérdidas.

En el municipio de Tecpan, las cosas fueron igual: puntos turísticos como playa Michigan, Puerto Vicente Guerrero, Piedra Tlalcoyunque y otras, también sintieron las repercusiones de la primera semana de cuarentena.

Guillermo Catalán, presidente de la asociación de Bahías de Papanoa, dijo que ya tuvo las primeras cancelaciones y este fin de semana se notó la ausencia de turismo y las reservaciones de Semana Santa han comenzado. Los veinte restaurantes asociados que dependen directamente del turismo, se verán afectados, y con ello, unas seiscientas familias. «En temporada buena, llegan a tener hasta treinta trabajadores los restaurantes», refiere.

Sobre los apoyos estatales o federales, hasta el momento no han tenido información, aunque lo primero es la salud de los trabajadores. Pero sin turismo, no hay ingresos. Las festividades de Semana Santa, como ferias y misas, también fueron canceladas en Atoyac, Tecpán, San Jerónimo y Petatlán.

En municipio de Benito Juárez (San Jerónimo), los comerciantes que compraron espacios para la feria a fin de vender sus productos, exigieron la devolución del dinero al alcalde, pero éste se negó a regresarlo. Lo mismo pasó en Petatlán, al cancelarse la famosa feria de Papa Chucho, los comerciantes pidieron su rembolso; también se les negó.

De las compras de pánico ni hablar, no hubo, en estas regiones, porque, diría Cristi, la gente no tiene dinero para una compra de pánico, la gente va día a día, compra al día. El costeño promedio no tiene poder adquisitivo para comprar una despensa que dure semanas, menos meses. Y encima, los comerciantes han comenzado a encarecer los productos ante la desgracia.

Región Acapulco también se vio afectada el fin de semana con cancelaciones a hoteles y restaurantes; la vida cosmopolita pasó a ser un panteón durante el anuncio de medidas para prevenir el coronavirus. Cines, plazas comerciales, restaurantes, lucían vacíos. Los comerciantes, enojados, corren a Adela Román, su alcaldesa, ya que hace dos días dijo que la vida nocturna y comercial tenía que bajar cortinas, algo que no le pareció a la Coparmex y la puso en su lugar. Al día siguiente se retracta.

En Zihuatanejo, el alcalde Jorge Sánchez Allec, anuncia el cierre de la unidad deportiva, y el párroco Jaime anuncia que las misas dominicales se suspenden hasta nuevo anuncio, y podrían darse por Internet. Además, aún está por verse si habrá procesión de Semana Santa.

Un taxista llamado Agustín dice que los turistas canadienses ya se fueron; y su gremio no tendrá el ingreso seguro de este mes. Marzo es temporada de turismo canadiense que aprovecha el sol y consume a los locales dándoles un ingreso. «Estaba guardando mil pesos, quería llevar a la familia a Las Gatas, pero con esto del coronavirus, mejor que lo tenga la mujer para hacer la despensa», dice.

Se refiere a que el gobierno canadiense estuvo mandando esta semana aviones para sus compatriotas regresen a ese país, de lo contrario, quedarán varados en el puerto.

Un vendedor de fruta pasa cerca del taxi, y Agustín dice en tono melancólico: «Ahora se me antojó un coctel de fruta, ya ve que cuando uno es pobre se le antojan las cosas».

Sin embargo, más que todas las indicaciones oficiales, ha sido el temor que infundieron los medios en los mexicanos. Las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, no han parado con noticias falsas que se reproducen como bacterias en los grupos de WhatsApp.

La social media y sus integrantes insisten en que la gente no salga de sus casas; incluso, reporteros exigen que sea obligatorio el toque de queda, sin pensar en las consecuencias. Los citadinos suertudos de trabajar desde casa, tratan de delincuentes e irresponsables a quienes están afuera, pero la vida no puede parar. El locutor Joaquín López Dóriga y el columnista Raymundo Riva Palacio dan por muerto a José Kuri Harfush, primo de Carlos Slim, y rato después la Secretaría de Salud los desmiente, mientras, la derecha hace trizas al gobierno federal, pese que hasta ese momento iban menos de doscientos casos detectados.

Las comparaciones con Italia y España no paran, pese a que su economía y sociedad son diferentes, desde el rango de edad de las víctimas, que supera los sesenta años, y el número de muertos es mayor. Además, que sus sistemas de salud colapsaron debido a que el neoliberalismo desmanteló el sistema de salud y el número de camas bajó. En Corea, por ejemplo, hay 11.5 camas por cada mil personas, y en Alemania hay 8.3; contrario a Italia y España, que tienen menos de la mitad de camas, apenas un 3 y 3.4 por cada mil personas.

El domingo 22, el doctor Ricardo Cortés y la epidemióloga Ana Lucía de la Garza Barroso, de la Secretaría de Salud, reportaron en conferencia de prensa de 316 casos confirmados, 794 sospechosos, 1667 casos negativos y dos defunciones. El 89% de los casos han sido tratados ambulatoriamente y solo 10% requirieron hospitalización. La media de edad de los afectados es de 40 años.

En medio de esta zozobra, el domingo cultural de Zihuatanejo se canceló. La cancha luce vacía, sin música ni payasos, sin niños ni jóvenes ni novios agarrados de la mano. Les han pedido a los comerciantes que no trabajen durante un mes, pero hasta el momento no hay una estrategia certera de los gobiernos municipal o estatal para que los menos favorecidos tengan un apoyo mientras no tienen ingresos. La cuarentena es un privilegio que no todos pueden disfrutar.

Tecnológico de Chilpancingo. Precipitación.
[Foto: Yener Santos]

El Covid-19 desplaza de la agenda estatal a la violencia

Eduardo Yener Santos

¿Será cierto que en Guerrero existan personas infectadas del coronavirus? ¿Habrá realmente una atención por parte del gobierno del estado para tratar a los pacientes portadores del Coronavirus? ¿Cuál es la verdad de la pandemia que ha puesto en alerta al mundo?, son las interrogantes que surgen de este virus del cual aún se ignoran datos fundamentales.

El lunes 16 de marzo, el gobernador Héctor Astudillo Flores y el secretario de Salud estatal, Carlos de la Peña Pintos, informaron de un caso más del  virus Covid-19 en Guerrero, con lo que sumaban (hasta ese día) dos casos en la entidad.

En conferencia de prensa en Acapulco, afirmaron: «El día de hoy se ha dado el resultado de que hay (un infectado) en Chilpancingo; el primero en Acapulco fue uno que él tuvo contagio a través de una persona infectada en la Ciudad de México. El infectado de Chilpancingo es una mujer que viene de visita, estuvo en España con fines educativos y regresó a Chilpancingo».

Dos días después, surgió la duda en este segundo caso de coronavirus, porque el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán, confirmó que una estudiante de la escuela de Derecho de la capital del estado, era la supuesta portadora de Covid-19, tras regresar de España.

En conferencia de prensa, el rector cuestionó la información difundida por la Secretaría de Salud estatal, en el sentido de que la joven, de nombre Diana, no recibió sus resultados a tiempo para tomar medidas, sino horas después de la conferencia en la que se anunció que, con el de ella, había dos casos confirmados en Guerrero.

Saldaña Almazán sostuvo que la rectoría mantenía diálogo con la alumna universitaria y manifestó que ella «se siente más mal por lo que dice la Secretaría de Salud, que por lo que siente su cuerpo».

Ese mismo día, Diana publicó una carta en redes sociales en la que manifestó su inconformidad contra la Secretaría de Salud, porque dicha área informó a los medios sobre su condición antes que a ella, por lo que pidió respeto para ella y su familia.

En el escrito, que comenzó a circular la noche del miércoles, la estudiante de Derecho explica que viajó a España por un intercambio académico y asegura no tener ningún síntoma ni malestar, dice que regresó a México por la incertidumbre que se vivía en el país europeo por el brote de coronavirus.

Detalla que salió de Madrid el 12 de marzo sin ningún síntoma y que al llegar al aeropuerto de Ciudad de México, no pasó por ningún filtro. Su padre fue por ella a la Cdmx y viajaron en auto particular hacia Chilpancingo.

Añade que como medida de prevención, se aisló en su casa y solicitó que le hicieran una prueba para saber si era portadora de la enfermedad. «Me hicieron la prueba, aun sin presentar ningún síntoma, por mera precaución. Me tomaron una sola muestra, me dijeron que los resultados estarían hasta el martes 17 de marzo; creía que por la emergencia de esta situación iban a agilizar el resultado, pero no», explica.

«El lunes 16 de marzo a mediodía me doy cuenta a través de una conferencia de prensa que las autoridades estatales confirmaron un caso en Chilpancingo con mis características (una joven estudiante que viene de España), en ese momento estaba segura que no era yo, porque no tenía por parte de ellos ninguna información confirmada; cuatro horas después de esa conferencia llegó un solo médico a mi domicilio a informarme que el caso positivo era yo. El médico no me entregó el resultado por escrito y tampoco alguna receta médica, solo información verbal de que yo y mi familia permaneciéramos en casa por catorce días. Quiero que entiendan la molestia que esto me provoca; informar primero a los medios antes que a mí, se me hizo una completa falta de respeto; no siguieron protocolos. El no entregarme un resultado por escrito con las formalidades que un asunto tan delicado requiere, cuando fui responsable al avisarles de mi llegada, cuando yo sé que seguí las medidas de seguridad que me recomendaron al hacerme la prueba», denuncia.

La UAGro ha pedido que se ofrezca una disculpa pública por difamación a la alumna Diana, quien es la portadora de Covid-19 en la capital. En un comunicado, la institución expresó su apoyo, solidaridad y respaldo institucional a la estudiante.

La Universidad sostiene que Diana «ha sido objeto de falsos señalamientos públicos de las autoridades del Instituto Tecnológico de Chilpancingo, a quienes le solicitamos que se retracten y le ofrezcan una disculpa pública».

La acusación contra el Instituto Tecnológico obedece a que dicha institución determinó la suspensión de clases desde el martes pasado, luego de que la dirección acusó que un grupo de estudiantes tuvo contacto directo con la joven de Chilpancingo infectada de coranavirus.

La Secretaría de Salud asegura que la paciente infectada recibe atención y se mantiene en cuarentena, pero la joven sostiene que no presenta ningún síntoma y que es ella quien ha decido quedarse en casa por mera precaución. Dice que no ha tenido contacto con familiares que estudian en el Tecnológico ni ha acudido a ninguna fiesta de fin de cursos como la señalan funcionarios del Tecnológico.

El tema del Covid-19 ha obligado a suspender actividades públicas en Guerrero. Escuelas de todos los niveles han declarado un receso del 20 de marzo al 20 de abril, en apego a lo que determinó la Secretaría de Educación Publica.

También se han suspendido actividades en dependencias de gobierno, así como actos religiosos, en referencia a la Semana Santa. En tanto, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo ha declarado que el tema prioritario es el Covid-19, del cual no hay casos concretos ni certeros. De los únicos dos que se tenían, uno ha quedado en duda y evidenciado a la Secretaría de Salud.

El mediodía del domingo 22, el secretario de Salud declaró que hay en «estudio» doce casos sospechosos y que en Guerrero se mantienen cuatro casos confirmados luego de los estudios que se hicieron en el Laboratorio Estatal de Salud Pública Galo Soberón y Parra.

Repentinamente, los problemas de violencia e inseguridad dejaron de ser temas prioritarios para el gobierno del estado. Ahora está el  Covid-19, con cuatro supuestos casos confirmados, pero ningún descenso.

Lo que sí ha matado y sigue matando gente es la violencia imparable. Del 16 al 20 de marzo hubo alrededor de siete muertos, entre ellos, un funcionario del gobierno estatal y un exalcalde.

El martes 17 de marzo, el exalcalde de Chilapa, el priísta Sergio Dolores Flores, fue asesinado adentro de su negocio de materiales de construcción en esa ciudad de la zona Centro del estado.

De acuerdo con fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, a las 12:00 horas de este martes se reportó un ataque a balazos en la tienda de materiales Flores, ubicada en el barrio de San José.

Junto al de Dolores Flores, un cuerpo más fue localizado también sin vida; es decir, hubo dos homicidios.

Apenas el 6 de marzo, un grupo armado privó de su libertad y después asesinó a José Ignacio Dolores, uno de los hijos del exalcalde.

El miércoles 18 por la noche, el director de Asuntos Religiosos del gobierno del estado, Ramón Alonso Ramírez, fue acuchillado atrás del Palacio de Gobierno en Chilpancingo, por su esposa Linda «N», quien fue detenida, según fuentes policiacas.

En Apaxtla, un joven fue baleado afuera de su casa el jueves 19 y murió al día siguiente en un hospital. Ese mismo jueves, un joven veterinario fue balaceado en Ometepec, y ese mismo día se localizaron restos óseos en una casa de la colonia Jardines, en Acapulco, mientras que en Coyuca, un hombre fue asesinado a balazos. 

En Acapulco, el viernes 20 fue asesinado un joven estilista y fue hallado un hombre sin vida en un bar, mientras en Atoyac, un taxista fue asesinado a balazos.

Emmanuel Urióstegui. Realista.
[Foto: E. Añorve]

En Cuaji, vulnerables, no solo ante el Covid-19, sino ante cualquier continegencia

[Primera de dos partes]

Eduardo Añorve

En el país y el mundo están en estado de alerta constante y de emergencia ante la pandemia causada por el virus Covid 19, y en Cuajinicuilapa se suspendieron clases días antes de lo programado por las autoridades estatales y se han abortado algunas actividades colectivas; sin embargo, la población sigue viviendo como si estuviera lejos de la alerta y la emergencia.

En la primera parte de una conversación con el médico Emmanuel Urióstegui Arango, consejero de Cruz Roja Cuajinicuilapa, Trinchera aborda éste y otros temas relacionados con la enfermedad, su propagación y la situación de los servicios de salud en el municipio, así como los riesgos y la vulnerabilidad que se ciernen sobre la población.

–¿Estamos, en Cuajinicuilapa, frente a una emergencia con este asunto del Covid 19?

–Mira, en Cuaji, no, en Cuaji, no, pero hay algo que sí preocupa cuando tú haces los análisis de riesgo, y uno de los aspectos de los análisis de riesgo, o uno de los elementos es la vulnerabilidad; otro es el riesgo, la capacidad de respuesta. Y el riesgo lo vemos porque está latente en el país, el flujo de gente ahorita es impresionante, con eso de los vuelos, de que viajas a Estados Unidos, que vienen del norte, de otros lugares, y existe la posibilidad (de riesgo).

Y la vulnerabilidad es más, porque, pues, no tenemos la capacidad, sinceramente. Desconocemos muchas cosas: las enfermedades virales en realidad no tienen tratamiento, no hay medicamentos para las enfermedades virales. Todo va a depender mucho de nuestros sistemas inmunes, de nuestra alimentación, del grado de salud pública que hay en el municipio y de la capacidad de respuesta de los médicos y de los hospitales.

Pero, pues, creo que sí, somos vulnerables, demasiado vulnerables, no sólo para el riesgo de los virus actuales, sino… siempre lo hemos insistido, desde hace veinte años… en caso de terremotos, en caso de huracanes; cualquier contingencia mayor o cualquier desastre son un punto vulnerable.

–Quiero regresar a lo primero que dijiste, que no estamos en una emergencia en Cuaji…

–Ah, bueno, en Cuaji. Ahorita no hay casos, yo, hasta donde tengo entendido, no hay ningún caso, no se ha reportado nada. Ha habido infecciones, ahorita, las comunes, de la temporada, del tiempo de calor, las enfermedades todavía virales propias de la costa… los trópicos, pues.

–Somos vulnerables, dices. Cruz Roja de Cuajinicuilapa tiene un diagnóstico…

–Sí, sí, sí…

–¿En qué se basan?

–Bueno, primero, la capacidad de diagnóstico: son limitados los recursos que hay, los laboratorios. No hay ahorita laboratorios para diagnósticos virales, no hay ventiladores para… en caso de que se ocuparan para trasladar pacientes con esas características a Acapulco; no hay especialistas. Entonces, sí sería un gran problema que nosotros tuviéramos un paciente con esas características, para el diagnóstico y para el traslado, principalmente, hasta la ciudad de Acapulco.

–¿Aquí no podría atenderse?

–No, definitivamente no… Quizá, diagnosticarse, pues clínicamente sí, ¿no?, sospecharíamos, y de ahí, forzosamente se tendría que reportar y enviar inmediatamente a los sitios que son adecuados, siempre y cuando reúna las características: que sea mayor de sesenta años, que tenga diabetes, que tenga otras enfermedades concomitantes y, así, entonces, reuniría los criterios; si no, prácticamente tendría que estar aislado.

–¿Ni siquiera en las clínicas particulares hay capacidad para atender a alguien con esas características?

–No, sinceramente no. Mira, apenas ayer nos comentaban… necesitamos trajes especiales, trajes Taibe, especiales para atender a este tipo de pacientes; las mascarillas N-95. Pues, en mi clínica yo tengo aproximadamente quince, veinte, pero yo creo que en otros lugares no existen, ¿sí? No creo… no tengo idea, pero, a lo mejor no existen. Entonces, falta el material, definitivamente, porque es un material caro, que debería ser para cada paciente, para cada revisión que hiciéramos, y pues eso encarecería mucho los costos.

–Obviamente, en el hospital comunitario están peor…

–Yo creo que ellos tendrían, en ese caso, que manifestar cuáles son sus capacidades, ¿no?, sus deficiencias. Pero, por todos es conocido cómo estamos en todo el país y, definitivamente, un problema de esta magnitud… un paciente con insuficiencia respiratoria, con diabetes, con hipertensión, y diagnosticado con el virus, yo creo que sí nos causaría una gran alarma, ¿no?

–Se supone que es cuestión de tiempo en el país… aquí va a llegar un punto en que crecerá el número de infectados y, obviamente, de la gente que…

–Que necesite el servicio de urgencia. Fíjate que sí, aunque también tendríamos que observar cuál va a ser el comportamiento o la resistencia que tenemos los mexicanos a este problema. Porque pudiera darse el caso que fuéramos resistentes y que no nos comportáramos como los italianos, como en Francia, como en China, ¿no?, que fuéramos resistentes…

–Resistentes, ¿en qué sentido?

–Resistentes genéticamente, pudiera ser, que tuviéramos esa capacidad y que no nos lograra causar estragos, pero, definitivamente, de que somos vulnerables, por toda la infraestructura, por toda la capacidad técnica, por toda la cuestión hospitalaria, siento que sí, somos muy vulnerables.

–¿Cómo ves a la población, como la percibes frente a esta situación?

–Pues, yo la veo tranquila, la veo más con los memos, no… como que no lo estamos tomando todavía muy en serio, como que estamos viendo un problema un poquito lejos… Que, afortunadamente, en el país, hasta ahorita, en la mañana, hay dos casos de personas que habían muerto, no hay muchos. Entonces, como que se está más o menos conteniendo.

–Aunque aquí es, digamos, tradicional que este tipo de pandemias se tomen así, ¿no?

–Sí, ha así ha sido, no somos muy dados nosotros a seguir al pie de la letra las normas científicas, sino siempre… a veces un poquito más a la creencia, a reírnos de nosotros mismos, de lo que nos está ocurriendo, y yo creo que, pues, en parte pudiera ser lo que pudiera… ese optimismo, esas ganas de bromear con todo esto, a lo mejor fuera nuestro fuerte, pero, científicamente no sé, todavía…

–Lo digo porque, por ejemplo, en una situación similar, se pidió a la población no realizar actos masivos, precisamente en las fechas en que se celebra la cruz, en mayo, y la gente dijo: «Me voy a la fiesta»…

–Pues sí. Ahora lo vamos a ver ya, con esas procesiones, de todos estos eventos religiosos, ahí se va a ver si en realidad la gente le entra un poquito de temor o no lo toman en serio…

–Ahora, ya se canceló el desfile de los jardines de niños, del día de la primavera, lo que causó molestia a alguna gente…

–Yo creo que es lo más correcto… lo más correcto es mantener nuestras medidas de seguridad, mantener la sana distancia, mantener una sana alimentación; acudir… a los primeros síntomas que tuviéramos, como una gripa, pero un poquito más fuerte; y si tienes un factor de riesgo, como la diabetes, la hipertensión, la obesidad, estar un poquito más pendiente de tu enfermedad, aislarte, por tu propio bien y no enfermar a tu familia, porque, aunque no llegara a extremos mortales, no es correcto que tengas a toda la familia enferma por un descuido, por una falta de educación, de cultura de salud…

–Bueno, son el gran problema. No tenemos una cultura de la salud, de la higiene…

–Sí, ése es otro problema. Por eso te digo que, en ese sentido, volvemos a ser vulnerables; somos vulnerables porque tenemos muchos factores que nos hacen. Pero, también, insisto, a lo mejor nuestra genética nos hace fuertes…

–Bueno, en la calle, la gente parece normal; hasta la judicial (Policía Investigadora Ministerial) anda estafando impunemente…

(Risas)

–Los de la Fiscalía (General del Estado). Bueno, a lo mejor el virus también es parte de la investigación fiscal… Además, nunca lo habíamos padecido, nunca lo habíamos tenido y siempre se nos ha dicho que sigamos ciertas normas, pero no tenemos esa disciplina nosotros, para poder seguir las normas. Entonces, te dicen que no salgas, o ya te dieron vacaciones, hay que irse a la playa, ¿no?, ¡qué vas a quedarte! (Risas) Ya me dieron las vacaciones… nunca se las habían dado adelantadas… un mes… Imagínate: no te dan vacaciones; (y ahora) te las pagan, te dan un mes de vacaciones, ¡qué te vas a quedar en tu casa! (Risas). Pero no, debe ser algo serio, algo real, algo de entender, que: si yo estoy enfermo, no salgo, ¿no? Y si hay una situación en que me pongo en riesgo, me voy a exponer… Ahorita, afortunadamente, los contagios son de los que vienen de fuera, de los extranjeros, pero llega un periodo en que va a haber contagios de persona a persona, ya no son los que vienen de fuera, ya son contagios comunitarios; ya, de local a local. Entonces es cuando, se supone, que allí puede haber un poquito de mayores problemas.

–En caso de que se dieran casos aquí, ¿Cruz Roja tiene alguna previsión?

–No. Ahorita estamos esperando indicaciones a nivel estatal, y yo creo que ya están por dotarnos del material para poder trasladar a los pacientes.

Remington 12

De la década de 1920.

Del 23 al 29 de marzo de 2020

#1001

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