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Colaboraciones

Arte, política y otras perversiones

Israel Quiñones

 

 

Hay de momentos
a momentos

 

Un momento crítico, un momento histórico es el que se está desenvolviendo en México. Un hartazgo generalizado por parte de la sociedad, que ya no pretende tratar de entender más las estrategias políticas de sus gobernantes.

 El 26 de septiembre, la historia de este país tomó un rumbo que nadie esperábamos. Si bien es cierto que este giro vertiginoso se dio a partir de una tragedia como lo es el asesinato de 6 personas y la desaparición forzada de 43 jóvenes estudiantes, también es cierto que la bomba de tiempo que se estaba fraguando, gracias a la mala administración del gobierno en todos sus niveles, tarde que temprano iba a explotar.

 La noche del sábado 8 de noviembre, se llevaron a cabo en todo el territorio nacional protestas por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa hace más de un mes y que las autoridades no dan un informe concreto de su paradero. Además, en la pasada rueda de prensa que ofreció el procurador general de la república, Murillo Karam, provocó más enojo de la gente, pues en dicha conferencia, el señor Murillo hizo gala de su prepotencia e incompetencia, pero sobre todo, una frase suya fue la que convocó a este nuevo llamado a salir a las calles: “Ya me cansé”

 ¿Cómo puede cansarse un procurador? ¿Qué no se supone, que para eso gana más de 150 mil pesos mensuales? Mi opinión es: Si está cansando el hombre, que mejor deje el cargo a una persona más joven que no se “fatigue” tan pronto ante una crisis de este tamaño.

 Mientras los padres de 43 jóvenes desaparecidos, siguen incansables (pues ante la ausencia de sus hijos no pueden darse ese lujo), las protestas fluyen como el agua y a cada momento se une más gente que “ya está cansada” de la situación que impera en nuestro país, ya que la inseguridad no viene siendo provocada solamente por parte de la delincuencia (organizada y desorganizada), sino que parte del estado mexicano demostró estar hasta el cuello en negocios turbios y perversos. Esta cloaca es la que realmente se destapó con Ayotzinapa y su dolor. Se abrió la cloaca de la corrupción cínica y sin censura ante los ojos del mundo que nos miran estupefactos y atónitos.

 Las complicaciones no cesan en esto, pues la noche del sábado 8 de noviembre, en el marco de la protesta por “el cansancio de Murillo”, en la ciudad de México, la puerta de palacio fue incendiada con bombas molotov por unos encapuchados y enmascarados que se encontraban en la vanguardia de los protestantes.

 Es curioso cómo se dieron las cosas, pues palacio nacional, el monumento por excelencia al poder en México, siempre esta resguardado por elementos del ejercito mexicano y en esta ocasión no se les vio, sino hasta que las llamas de la puerta ya se estaban extinguiendo. Pero, la cosa no termina aquí, ya que es muy “extraño” que cuando un pelotón de la policia militar salió al resguardo de la entrada principal de palacio, antes que nada cubrieron a los presuntos responsables de la quema de la puerta de dicho recinto.

 No es que no pueda darse el caso del enrarecimiento de los ánimos entre los manifestantes, pero también es cierto, que el gobierno de Peña Nieto, necesita una excusa de fuerza, para que las constantes manifestaciones que solicitan su renuncia y la aparición con vida de los jóvenes normalistas, se conviertan en actos de vandalismo y se deje de lado a la protesta pacifica, razonable, pero sobre todo, esa protesta que lo marca a nivel mundial como un gobernante no querido por sus propios conciudadanos.

La violencia no es la forma, de eso no me queda duda, pero la pasividad tampoco es la manera de exigir justicia ante un aparato político y judicial que no sabe qué hacer con una crisis de estas proporciones.

Lo que más asco me provoca, es que comunicadores como Jorge Fernández, Yuriria Sierra, Esteban Arce, salgan de forma alegre y jocosa a poner en duda un elemento obvio; el que salgan a decir en sus micrófonos que dentro del grupo de normalistas, se encontraban infiltrados miembros de “los rojos”. Una agrupación criminal originaria del estado de Guerrero y contraria a los “guerreros unidos” grupo criminal al que de forma comprobada pertenecían Abarca, el ex alcalde de Iguala y su mujer Maria de los Angeles. Pues con estas estúpidas afirmaciones por parte de los comunicadores, se deslinda en parte al ex gobernador Ángel Aguirre y al gobierno federal en la parte que les corresponde. Simplemente, las voces que mencioné anteriormente, no cuentan con valor periodístico, pero mucho menos con valor moral y ético.

 Las condiciones políticas y sociales en México, están deterioradas y muy polarizadas, es por ello que la necesidad de un verdadero cambio en el rumbo que lleva hasta ahora el país se convierte en algo necesario y sobre todo urgente. Un cambio inmediato de rumbo es la estrategia más simple y necesaria.

¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!. [RadioNewred.com]

 

 

 

 

 

 

 

 

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