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bala perdida

 

 

 

Un sueño
profundo

Charlie Dream

 

 

 

Aldo recibió hace cuatro meses un balazo en la cabeza. El proyectil entró por la región frontal y salió por el lado derecho destruyendo el 65 por ciento de su cerebro. Está en coma. Sus padres y hermanos hacen guardia para cuidarlo y brindarle la atención requerida.

Aldo Gutiérrez de 19 años, estudiante de la normal Rural de Ayotzinapa, recibió un disparo en su rostro el pasado 26 de septiembre en la ciudad de Iguala, desde entonces se encuentra hospitalizado en la Ciudad de México en estado vegetativo.

Aldo en la foto trae puesta una camisa blanca de manga larga, un chaleco azul y una corbata verde, imagino sus colores porque la foto es gris, mira hacía la cámara; es, quizá la foto de graduación de la secundaria. Se ve sereno, tranquilo.

Aldo esa mañana del 26 salió con sus otros compañeros y amigos a Iguala para conseguir unos camiones; les habían cortado el pelo a rape, iban bromeando, alguien cantaba o contaba algún chiste, casi cuatro horas de viaje.

Aldo se encuentra recostado en una cama; su hermano le habla, le ha dicho el doctor que puede escuchar. Se ve muy delgado, indefenso.

Aldo recibió un balazo: un policía del municipio de Cocula le disparó a mansalva, como una ejecución sumaria.

Aldo recibió un balazo: quien ejecutó el disparo fue un policía, pero quien atentó contra su vida fue la corrupción, la impunidad, el sistema que se pudre y nos arrastra al caos.

Aldo y su familia recibe casi 10 mil pesos mensuales por parte del gobierno estatal. Reciben el cinismo de un gobierno miserable y corrupto.

Aldo duerme, Aldo está en un estado en aparente calma; dentro hay un infierno, una fiebre que arde, que duele, que lacera y que desnuda la realidad de nuestro país.

Aldo sueña que ese día nada sucedió, que salieron tranquilos de Iguala, que llegaron a la Normal con sus compañeros, que tomaron café de olla y que a la mañana siguiente se despertó y todo seguía igual.

Aldo, dicen los doctores, se encuentra estable; difícil definir lo que eso significa.

Aldo está en un sueño profundo, dicho de otra manera, en un estado severo de pérdida de consciencia.

Aldo escucha a su hermano Hugo llorar y rezar mientras espera que despierte; la imagen de la Virgen de Guadalupe descansa en el buró, silenciosa escucha el sollozo de Hugo y el silencio de Aldo.

Aldo tiene ya cuatro meses en esa habitación del hospital, todos los días tienen que moverlo para que no se lacere la carne, y se lesionen los músculos del cuerpo. Hay que bañarlo con una esponja con mucho cuidado para no lastimarlo.

Aldo, le dice su hermano, que se tome su tiempo, que cuándo esté mejor regrese, que aquí estarán esperándolo.

Aldo se encuentra de rodillas, un policía apunta a su sien; debe de tener miedo, angustia. Me recuerda la foto de Eddie Adams tomada en Saigón, por la que le darían el Pulitzer.

Aldo recuerda su pueblo Ayutla de los Libres, el calor, la casa, los aromas, el juego con sus amigos, con su hermano.

Aldo trata de despertar, pero algo se lo impide, algo lo sujeta al sueño; su cuerpo es un ancla, un peso que no puede soportar y no logra abrir los ojos.

Aldo, todo fue una pesadilla, todo ha sido tu imaginación; te da miedo pensar que sea real, por eso no despiertas, por eso te sostienes en un sueño profundo, porque te aterra descubrir al abrir los ojos que todo esto fue cierto, que todo esto en verdad sí ha sucedido. Te da miedo saberlo, tener la certeza de la muerte. Por eso temes despertar y lo entiendo..

 

 

 

 

 

 

 

 

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