Decenas de colonias y barrios de Chilpancingo se han organizado en grupos de vigilancia para detener la ola de delincuencia que acecha a la capital guerrerense.
De acuerdo con los vecinos, son constantes los secuestros, extorsiones y asaltos a mano armada que, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, esta ciudad después de Acapulco, es una de las más inseguras.
De enero a los primeros días de agosto, en la capital del estado se han registrado 130 asesinatos, equivalente a un incremento de 20 por ciento de este delito en comparación con el 2014 en el mismo lapso.
En Acapulco, según la estadística de la SSP, hasta mayo se registraron 336 crímenes, cuando en este mismo periodo en 2014, hubo 273 homicidios.
Es decir, el incremento llegó a 162 por ciento.
En la capital del estado, sólo 90 policías municipales están desplegados para el cuidado de más de 250 mil habitantes, ya que en marzo de 2014 fueron dados de baja 300 agentes que reprobaron los exámenes de control de confianza.
Miguel Cerros Vargas, presidente del comité de desarrollo del barrio de Tequicorral, afirma que debido a la incapacidad de las autoridades de brindar seguridad a esta zona del centro de la ciudad, los habitantes decidieron formar su propio grupo de civiles armados con palos que recorre las calles para detener a los delincuentes.
“Ya estamos hasta el gorro; aquí a pleno luz del día, hay asaltos a mano armada a la gente que camina en las calles y la autoridad no hace absolutamente nada”, deploró.
En tanto, un policía municipal señaló que sin patrullas en buen estado y balas suficientes no podrán enfrentar a la delincuencia.
“Somos 110 policías, pero 20 están comisionados para brindarles seguridad a funcionarios del ayuntamiento, entre ellos, el alcalde Mario Moreno”, reveló.
Jesús Urióstegui, secretario de finanzas del ayuntamiento, confirmó que en marzo del 2014, por instrucciones del gobierno federal, hubo una depuración en las filas de la policía municipal, y de los casi 500 que había, fueron dados de baja más de 300.
Durante la depuración, las fuerzas federales y estatales asumieron el control de la seguridad en la capital del estado, pero los agentes sólo estuvieron tres meses y “luego se fueron”.
“No hemos podido contratar más policías porque no hay recursos, y lo ideal sería tener cuando menos 800 elementos, pero solo tenemos 110”, justificó.
Los policías municipales señalan que esta corporación cuenta con cinco patrullas, de las cuales sólo dos patrullan las calles. El resto están asignadas a funcionarios del ayuntamiento y una a la residencia del gobernador electo de Guerrero, Héctor Astudillo Flores.
El asesinato de Urquizo
La ola de violencia en las calles de Chilpancingo cobró la vida del coordinador regional de la Policía Ministerial, David Urquizo Molina, un policía de negra trayectoria que tenía en su expediente una serie de recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por violaciones a los derechos humanos; sin embargo, los gobiernos priístas y perredistas lo mantenían en la corporación, con el argumento de que era un “excelente” investigador.
Urquizo, quien fue asesinado entre la calle Madero y el paseo Alejandro Cervantes Delgado, cerca de las instalaciones de la 35 Zona Militar, provocó una feroz persecusión de elementos de esta corporación contra sus victimarios.
En el enfrentamiento que se registró a unos metros del crucero de Chichihualco, sobre la Autopista del Sol, murieron cuatro presuntos sicarios y seis fueron detenidos.
A Urquizo, igual que a policías ministeriales, un exsubprocurador de Justicia y el exprocurador Alberto López Rosas, la PGR les integró una averiguación previa por obstaculizar las investigaciones de los hechos del 12 de diciembre del 2011 cuando los estudiantes de Ayotzinapa Gabriel de Jesús Echeverría y Jorge Alexis Herrera Pino, murieron a balazos durante el desalojo que perpetraron policías federales y estatales.
Sin embargo, López Rosas, Urquizo y otros exfuncionarios de la Procuraduría, fueron exonerados.
Secuestros a la orden
del día en la capital
Informes oficiales que coinciden con las versiones de las organizaciones empresariales, en este año en la capital de estado se ha desatado una ola de secuestros. Hasta a mediados de agosto, se registraron 20 plagios, en su mayoría contra empresarios y comerciantes que pagaron rescate para que los liberaran.
La dirigente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Chilpancingo, Leticia Maganda Sánchez, afirmó que la ciudadanía de Chilpancingo ya está cansada de que las autoridades sigan siendo omisas para brindarles seguridad.
Justificó que habitantes de los barrios de Tequicorral y San Francisco, así como de colonias que se encuentran en el centro de la ciudad hayan constituido su “Vecino Vigilante” para detener a los delincuentes.
“Es una autodefensa legítima que nos armemos, porque el gobierno no nos ayuda en nada”, dijo.
Reveló que en una plática que tuvieron los dirigentes de las organizaciones empresariales con el secretario de Seguridad Pública, Costantino González Vargas, éste prácticamente les dijo que deberían de constituir sus medidas de seguridad, porque el municipio no cuenta con suficientes elementos policiacos.
“Es más, nos están dando cursos de defensa personal, que instalemos una torretas en la zona donde vivimos e incluso que tengamos en la mano un silbato para utilizarlo cuando haya algún peligro de un asalto”, explicó.
Maganda Sánchez dijo que en los próximos días los socios de la Canaco y otras organizaciones tendrán una asamblea para tomar acciones.
La líder de la Canaco afirmó que debido a la ola de violencia que se vive en Chilpancingo, muchos comerciantes y empresarios se han ido de Guerrero.
Contó su experiencia reciente cuando fue candidata a diputada local por Movimento Ciudadano (MC) y fue retenida durante dos horas por dos hombres armados cerca de las instalaciones del mercado central Baltasar R. Leyva Mancilla, al norte de esta ciudad.
“Eso me ocurrió una semana antes de las elecciones, y lo que hice fue renunciar a mi candidatura, irme de Chilpancingo, pero regresé esta semana porque aquí tengo mi patrimonio y familia", mencionó.
Reconoce que tiene mucho miedo, pero espera que en los próximos días la ciudadanía de esta capital despierte para realizar acciones y enfrentar a la delincuencia.
“Mi propuesta es formar grupos de autodefensa en las colonias y barrios para encarar a los asaltantes, secuestradores y asesinos”, advierte.