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bala perdida

 

 

 

 

Viena, secesión.
beethoven.klimt

 

Harmodio Juárez

 

 

 

 

Supongamos que la muerte se sitúa al norte. Luego entonces, tomaremos como referencia el friso del gorila, friso.norte, independientemente de su situación geográfica. / Hecha esta precisión, empecemos con el friso.oeste, donde según creo empieza la historia: en él flotan mujeres dormidas, leves, inofensivas: vuelo horizontal sobre un mar de pintura blanca en llamas: brochazos manchados de blanco sobre blanco donde se adivinan siluetas borradas, batallas en el olvido, gestas narradas en lenguas muertas de las que ahora nos llega apenas un exangüe latido. Este espacio tridimensional blanco recuerda el golpeteo abstracto de los fotones sobre los párpados cerrados de un ojo insomne. La única parte vertical del friso.este es la armadura dorada del héroe, sus rasgos duros, su brazo listo para el combate contra las fuerzas de la muerte. Va doblemente armado: el oro del metal lo cubre de las balas, el vapor memorial que envuelve su cuerpo con el recuerdo de las mujeres que ha y lo han amado lo protege del desánimo, así como el ruego hincado, flaco, campo.concentracional de los necesitados. / Cambio al friso.norte: a diferencia delfriso.este, aquí el color satura al fresco sin conceder un milímetro cuadrado de reposo. Ahí anidan las fuerzas de la muerte, sensuales, poliformes, avasalladoras. Tienen forma de gorila alado con cuerpo de serpiente, de mujeres deseables en cuyas cabelleras se agazapan moluscos malintencionados, medusas anorexias a punto de calavera: el oropel de la autodestrucción: ven, cae con nosotras, gocemos de la caída. La muerte les fermenta detrás de los ojos, diría el otro : ojos huecos del gorila que te va a destruir y desfigurar y desmembrar, u ojos hipnotizadores que te despiertan en la madrugada deseante cantando: ven a mí. El trío de mujeres a la izquierda es regenteado por la bulimia de una vieja celestina recién salido del vomitadero.

 

 

Los únicos ojos cerrados del friso.norte son los de la muerte verdadera: delgada, cincuentona, las carnes clausuradas por un velo negro, la cabeza inclinada en actitud pensativa, como si el friso entero fuera para ella: memento mori: la muerte aguarda al héroe con los brazos cruzados en torno a las rodillas: aquí te espero: ganes o pierdas llegarás a mí. / Friso.este: la brocha onírica, la sinfonía klimto.beethoveniana vuelve a respirar: aire libre, espacios blancos coronados por hadas flotantes: finale coral, rosa, verde, dorado: el héroe desnudo (¿es el héroe?), de espaldas, fundido con su amada (¿es su amada?) de quien sólo vemos los brazos engarzados en la espalda de un abrazo y una silueta mínima. Ambos rostros (¿se besan, se dicen?) han sido ocultados por una esfera de espirales doradas, el sol y la luna, ojos fuera.abajo al núcleo central de uno, creación y destrucción reconciliados por el coro ensoñador del amor.

 

 

 

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