A más de dos semanas de que asumió el cargo, el gobernador interino Rogelio Ortega Martínez, sólo un acto oficial ha encabezado en Chilpancingo, acto al que por cierto llegó en helicóptero.
El sábado 1 de noviembre, la aereonave en que se trasladaba Ortega aterrizó sobre el pasto sintético de la cancha de futbol del llamado Polideportivo. En su cuenta de Facebook, el director de esa unidad deportiva, Dan Nobel Castorena, contó que los jóvenes que en ese momento se disputaban un partido, tuvieron que suspenderlo.
Ortega se trasladó al otro campo de futbol donde dio la patada inicial del partido que se disputaron Los Avispones y un equipo de Acapulco, ambos de Tercera División.
La presencia de Ortega en estas instalaciones, resguardadas por policías estatales y ministeriales armados desde una hora antes de la llegada del mandatario, fue para participar en el homenaje a un jugador de Los Avispones y al chofer del autobús que murieron a balazos la noche trágica del viernes 26 de septiembre en Iguala. El autobús del equipo pasó por el crucero de Santa Teresa, de la carretera federal Iguala-Chilpancingo, cuando fueron rafagueados por un comando armado que los confundió con normalistas de Ayotzinapa.
Ya pasaron dos semanas desde que Ortega tomó protesta en el Congreso, y no se sabe que éste, al menos en los comunicados de la Dirección General de Comunicación Social (DGCS), haya encabezado un acto en esta ciudad.
Los nombramientos de algunos nuevos funcionarios, como el de los secretarios de Educación Pública en Guerrero, Salvador Martínez della Roca; de Finanzas y Administración, Eliseo Moyao; de Salud, Edmundo Escobar, así como el del director de Comunicación Social, Cuauhtémoc Saavedra Méndez, los hizo en la noche en su despacho de Palacio de Gobierno.
De esa manera, las acciones de gobierno que Ortega realiza, se dan a conocer a través de los comunicados que emite la DGCS. Y la mayoría de los actos los ha realizado en Acapulco y la constante son reuniones con funcionarios del gobierno federal.
En los días que lleva como gobernador, seis veces ha estado en la ciudad de México en reuniones con funcionarios federales o bien con el presidente Enrique Peña Nieto.
El lunes 27 de octubre, a otro día que tomó protesta y en su discurso aseguró que la principal prioridad de su gobierno sería intensificar la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, se trasladó a la residencia oficial de Los Pinos para platicar con el presidente Enrique Peña Nieto.
“Si usted me apoya, señor presidente, yo le entregaré buenas cuentas”, le dijo Ortega a Peña.
Pero a más de dos semanas de que Ortega asumió el cargo, varios sectores sociales, entre ellos los dirigentes de la Normal de Ayotzinapa, los maestros de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de Educación (CETEG) e incluso algunos de sus compañeros de lucha universitaria, le critican con dureza.
David Molina Francisco, activista fundador del PRD y miembro de la ACNR, además de trabajador académico en la UAG, dice que con Ortega los une una amistad de hace décadas cuando andaban en la lucha social.
Sin embargo, dice que no está de acuerdo que en vez de ir primero a la normal de Ayotzinapa para hablar con los estudiantes y familiares de los 43 jóvenes desaparecidos, haya acudido a Los Pinos para pedir el espaldarazo del presidente Enrique Peña Nieto.
“Hubiera tomado el toro por los cuernos viniendo aquí a la Normal, pero no lo hizo; fue un grave error que ya lo está pagando porque nadie lo tomará en serio”, dijo Molina, y explicó que los destrozos que los maestros de la CETEG realizaron contra las instalaciones de la residencia oficial Casa Guerrero, es una muestra de la inconformidad que se tiene contra Ortega.
La CETEG, en su Congreso Estatal del pasado jueves en la noche en sus instalaciones de aquí de Chilpancingo, aprobó su rechazó al diálogo con Ortega.
Habrá diálogo con él, siempre y cuando cumpla la palabra que empeñó en su toma de posesión de que buscaría con vida a los 43 normalistas desaparecidos, dijo el presidente de la comisión política de esta agrupación magisterial, Ramos Reyes Guerrero. “Y como no ha dado ningún resultado, pues no queremos hablar con él, y seguiremos con las movilizaciones que serán más fuertes contra el gobierno federal y el estatal”, advirtió el dirigente magisterial.
También los integrantes del Comité Estudiantil de la Normal de Ayoytzinapa acordaron continuar sin dialogar con el gobierno que encabeza Ortega. “Lo que queremos es la desaparición de poderes en Guerrero, pues aquí ningún poder institucional funciona”, señaló Pedro Juan Pérez, uno de los líderes.
La protesta en Tlapa
Pero las protestas de los maestros y estudiantes para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, alcanzaron a Ortega durante una gira de trabajo que realizó en Tlapa con la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, y la directora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Nuvia Mayorga Delgado.
El jueves a las 2 de la tarde, luego de visitar Alcozauca, Ortega y los funcionarios federales se trasladaron en helicóptero a las instalaciones del 93 Batallón de Infantería, en Tlapa.
Mientras el gobernador y las dos funcionarias federales, así como alcaldes de la región de la Montaña se reunían en el patio de las instalaciones militares, afuera estaban los profesores y estudiantes gritando consignas en su contra.
Los manifestantes arribaron poco después de las 2 de la tarde a las instalaciones militares, pero se quedaron en el acceso principal debido a que la puerta fue cerrada para impedirles la entrada. 