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información

 

 


Graves anomalías
en la construcción
del hospital de Chilapa

 

Arturo de Dios Palma


 

Hospital de Chilapa. Todo quedó en proyecto [Imagen
tomada del portal del gobierno de Guerrero]

 

 

 

En el año 2001, el entonces secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso, se comprometió a que en septiembre de año siguiente se inauguraría el nuevo Hospital General de Especialidades de Chilapa. Pero justo en esa fecha, la obra de detuvo con sólo 40 por ciento de avance, porque la Federación canceló al gobierno del estado los recursos para su conclusión, según dijo en ese momento Octavio Rodríguez Montelongo, superintendente de la constructora JICA, empresa a cargo de la obra tras ganar la primera licitación.

A estas fechas, cuatro años después del arranque de la obra, la construcción sigue inconclusa.

El superintendente de JICA señaló que el principal argumento para suspender la construcción fue la falta de recursos. Supervisores de obra de la Secretaría de Salud (SS), quienes se negaron a dar sus nombres, confirmaron esta versión.

Rodríguez Montelongo afirmó que el gobierno del estado, a través de la Subsecretaría de Planeación de la SS, le notificó que el contrato que firmaron se le daba una “terminación anticipada” (término jurídico con el cual se define la suspensión del contrato) por la falta de recursos.

La obra, según calculó de “forma conservadora” el representante de la empresa, se quedará en 40 por ciento de avance, lo que significa que sólo se construyó el esqueleto del inmueble. No obstante, para los supervisores de la SS, el avance oscila entre 30 y 35 por ciento.

 

 

 


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El 21 de junio de 2011, Ángel Aguirre Rivero como gobernador, Lázaro Mazón Alonso como secretario de Salud y el entonces alcalde de Chilapa, el priísta Sergio Dolores Flores, colocaron la primera piedra del que sería el nuevo hospital en la región.

Sin embargo, en esa ocasión el anuncio se hizo sin haber licitado la obra.

Todo es mediático”, reconoció Lázaro Mazón cuando se le preguntó el por qué hacían el anuncio sin haber lanzado la licitación.

No obstante, el 27 de octubre de 2011, durante una gira de trabajo de Lázaro Mazón al municipio, en la que presentó a médicos en centros de salud de seis comunidades, se le volvió a cuestionar sobre la licitación e informó que la obra se le había adjudicado a la empresa JICA, pero no supo decir cuándo comenzaría.

Pese a esto, se comprometió a el hospital empezaría a funcionar en septiembre de 2012.

La obra inició seis meses después del anuncio de la colocación de la primera piedra, es decir, en diciembre de 2011.

El Hospital General de Especialidades de Chilapa está programado para sustituir al actual nosocomio, para que atienda a 132 mil 960 habitantes, esencialmente indígenas, de los cinco municipios de La Montaña.

De inicio contará con 30 camas con crecimiento a 60, ofrecerá servicio de consulta externa y de especialidades de imagenología, radiodiagnóstico, ultrasonografía, laboratorio, colposcopía, tococirugía, cirugía ginecobstétrica, medicina interna, cirugía general y pediatría. Pero de todo esto a cuatro años nada es realidad.

 

 

 


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Desde que comenzó la construcción del Hospital han pasado más de 43 meses, cinco veces más del tiempo en que debía de finalizar la obra, y el avance apenas es de 80 por ciento.

Durante todo el proceso, las deficiencias financieras han sido constantes. Ha habido inconsistencias en la obtención de los fondos y hasta el monto mismo.

Éstas han obligado al gobierno del estado a tomar recursos del Fondo de Infraestructura Social del Estado, según lo reveló el constructor y lo confirmaron los supervisores de la SS.

En junio de 2011, al colocar la primera piedra, Lázaro Mazón habló de una inversión de 142 millones de pesos, aun cuando no se había licitado la obra, y resaltó que gracias a las gestiones de Aguirre Rivero se habían “destrabado” los recursos para la construcción del hospital.

Cuatro meses después, en octubre, ya cuando la obra estaba licitada y se sabía que sería JICA la constructora, Mazón Alonso informó que la inversión sería de 177 millones de pesos, es decir 35 millones más de lo anunciado al principio.

Y en septiembre de 2012, cuando se suspendió la obra, Rodríguez Montelongo informó que le presupuestaron, según el contrato, 94 millones de pesos para la construcción del hospital, 48 millones menos en relación con la cifra inicial y 83 millones menos a la del segundo anuncio.

Sin embargo, en la construcción del hospital, no sólo la cifra ha sufrido inconsistencias, sino también su financiamiento.

Rodríguez Montelongo, consultado cuando la SS le suspendió el contrato, reveló que desde el principio hubo complicaciones en la entrega de los recursos económicos. El gobierno del estado no cumplió con la entrega del anticipo, pues entregó sólo 20 por ciento, 10 puntos porcentuales menos de lo que habían pactado, dijo.

Es decir, en números netos, de los 32 millones (con IVA incluido) que correspondían de anticipo, sólo le entregaron 19 millones. Esta versión contradijo lo afirmado por Mazón Alonso durante la colocación de la primera piedra, de que Aguirre Rivero había “destrabado” los recursos.

El constructor explicó que esta inconsistencia en el financiamiento obligó a la empresa a invertir recursos propios para que los trabajos ya realizados no se deterioraran.

Ejemplificó que cuando se colocó la varilla para construir las columnas, no se podían dejar expuestas, porque se oxidarían, lo cual dañaría el material y pondría en riesgo su propia inversión. Para entregar la obra inconclusa, la empresa constructora trabajó un mes para hacer los trabajos de “protección” a la estructura, para que no se deteriore.

Añadió que las complicaciones obligaron al gobierno del estado a tomar recursos del Fondo de Infraestructura Social Estatal, provenientes del ramo 33.

En septiembre, el superintendente de la obra aseguró que funcionarios de la Ssa negociaban en la ciudad de México para obtener financiamiento del programa federal Seguro Popular para la conclusión del hospital, pese a que este programa está destinado, esencialmente, para la atención médica y no para construcción de estructura física.

Rodríguez Montelongo, a pregunta expresa, explicó que en circunstancias normales la construcción de un hospital como el de Chilapa se concluiría en un año.

 

 

 

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La construcción del hospital en Chilapa urge, ya que en la actualidad el único hospital que hay, no sólo en Chilapa, sino en la región Montaña baja, resulta insuficiente y tiene una serie de deficiencias y carencias que hacen que su servicio deje mucho que desear.

De ese hospital, existen múltiples denuncias sobre muerte materna y negligencias médicas.

El hospital general funciona con 30 camas, siete incubadoras, un quirófano, cinco bacinetes, 15 camas censables y una sala de tococirugía (donde atienden partos). Atiende cerca de cuatro mil personas de los municipios de Chilapa, Zitlala, Ahuacuotzingo, Atlixtac y José Joaquín Herrera.

Según sus propios registro, el hospital atiende a 150 personas al día en promedio, sin la infraestructura y el personal necesario.

Esta deficiencias han provocado negligencia y deficiencias en la atención. Por ejemplo:

1. En noviembre de 2012, vecinos de la comunidad de Colotepec, de este municipio, y de San Juan Las Joyas, de Ahuacuotzingo, denunciaron el mal trato que recibieron sus hijos, entre ellos, uno de tres meses de nacido, por parte de la enfermera Isabel Ramos en el Hospital General de Chilapa.

Usted nada más quiere una enfermera para usted solita; si usted quiere una particular pues váyase a un hospital particular”, reclamó la enfermera cuando la madre del niño de tres meses le solicitó ayuda, según contó José Roberto Cabrera Tapia, padre del bebé, quien además aseguró que personal de ese nosocomio se refiere a los pacientes con groserías.

Cabrera Tapia, junto con su hija Estela Cabrera Lucas, provenientes de la comunidad indígena de Colotepec, narró que desde el 25 de octubre de 2012, alrededor de las 9:00 de la noche llevaron al bebé de tres meses de nacido al Hospital General de Chilapa con tos y temperatura. En la sala de urgencia, los médicos del hospital le diagnosticaron una bronconeumonía, por lo que consideraron necesario internarlo.

Después de dos días en la sala de urgencias, trasladaron al bebé a pediatría para tenerlo en observación. Allí, señalaron los vecinos de Colotepec, la enfermera Isabel Ramos atendió al bebe “y fue cuando comenzaron las quejas”.

Los indígenas relataron que Ramos respondió con molestia a los llamados de la madre cuando requería que lo atendiera “porque ya no pasaba el suero”.

Además de atender molesta a los pacientes, denunciaron, la enfermera se dirige a ellos con palabras altisonantes, incluso, acusaron que lo mismo hizo un médico.

Por ejemplo, le pusieron un aparatito al niño, que desconozco, llegó el doctor y se lo quitó”, contó Estela Cabrera.

Esto no se lo deben poner al niño –recriminó el médico a la madre.

Pero fue la enfermera quien se lo puso –contestó la madre.

A mí me vale una chingada quién se lo puso, aquí el médico soy yo.

Estela Cabrera repitió el diálogo que sostuvo el médico y la madre del bebé. Pero la más agresiva, atajó Cabrera Lucas, es la enfermera.

Los familiares del bebé aseguraron que intentaron interponer una queja por la mala atención de la enfermera en la dirección del hospital, pero el director, Bulmaro Adame Benítez, les respondió que sólo por escrito atendería su petición porque no quería meterse en problemas con el sindicato donde están aglutinados los trabajadores.

2. EL 7 de abril de 2012, los padres del joven Javier Antonio Gatica Tenorio, quien sufrió un accidente en su motoneta, denunciaron que en el Hospital General de Chilapa no atendieron de forma adecuada a su hijo, porque los médicos estaban de vacaciones.

Antonio Gatica Hernández y Juana Chino Tenorio explicaron que alrededor de las 7:30 de la noche del pasado miércoles, su hijo Antonio Gatica Tenorio fue impactado por otro motociclista en el bulevar; resultó con una fractura expuesta en su tobillo derecho.

De inmediato, según narraron, fue trasladado al Hospital General para que lo atendieran; sin embargo, esperaron alrededor de tres horas en el pasillo para recibir la atención médica junto con 10 pacientes más.

Ya al recibir la atención, sólo le suministraron medicamento para calmar el dolor y le colocaron una férula, contaron los padres.

El único médico que se encontraba les informó que a su hijo no le podían dar la atención adecuada porque los demás médicos estaban de vacaciones y sería hasta el lunes cuando se reincorporarían a sus actividades.

No tiene caso que lo deje aquí, como quiera hasta el lunes (cinco días después) lo van a atender”, dijo el médico en esa ocasión, recordaron los padres.

Ante la falta de atención, agregaron, el médico les propuso trasladar a su hijo al hospital de Chilpancingo; sin embargo, fue imposible establecer el pase, porque en el hospital de Chilapa no contaban con línea telefónica para comunicarse a la capital.

La propuesta, según los padres, sucedió a las 2:00 de la mañana. El joven fue dado de alta tres horas después.

Denunciaron que además de la mala atención, intentaron cobrarles mil 40 pesos por el medicamento y la férula que le colocaron, a pesar de contar con el Seguro Popular que cubre esos tipos de gastos.

Los padres indicaron que por la falta de atención en el hospital, tuvieron que recurrir a una clínica privada, donde pagaron más de dos mil pesos.

 

 

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