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bala perdida

 

 

 

 

Niños héroes

 

Franco García

 

 

 

 

¿Que nosotros somos el futuro de Guerrero? ¡Ja ja ja! ¿Futu…? ¡Ja ja ja! Aquí jamás habrá futuro. En esta tierra sureña sólo hay hambre y muerte y buena hierba; nuestro pan de cada día. Dame un jale, vale. ¡Uf!, qué chingón. Ten, vale, pásala a los otros. Eso, así, jalen lento y profundo. ¿Mi edad? Ando en los diecisiete, y mis vales también. Carne fresca y jugosa, mi jefe. Le aseguro que aprenderemos rápido a usar las armas. Preparen, apunten y fuego. Todos caerán como patitos de feria. Qué chingones se ven sus cuernos de chivo, pinche ruido que se avientan. Pum-pum-pum-pum…Viene, vale, dame otro jale, ya me estoy inspirando. Usted no se preocupe por nuestros padres, ellos no dicen nada. Hierba mala nunca muere, dice mi viejo. Pobre, él todavía cree en los Reyes Magos, en Dios. Pero ese Dios es blanco y barbón, nosotros somos prietos, lampiños, chaparros, apestamos a mierda de burro y a meados. Por eso nos patean el culo, de vez en cuando. Porque somos un estorbo, ¿qué no ve? Nosotros no tenemos alma, somos animales salvajes. Entre más lejos estemos de la civilización, mejor pa’ ellos. ¿Estudiar? Quién quiere estudiar, mi jefe. Por acá la escuela es pérdida de tiempo. El gobierno sólo te ofrece mierda envuelta en papel de oro, te da huevos llenos de confeti, pa’ que celebres lo vacío que es tu vida. Te prohíbe tener buena comida y robarla es pecado y delito. Te llevan a la cárcel por ser un muerto de hambre y nosotros queremos lana, de esa que cae en un dos por tres, pa’ vivir de poca madre. Verá: la vida es tan corta y miserable como la palabra fin. No se alarme por los aguacates y los polis. Esos héroes de la Patria no son más que perros amaestrados. Si les dicen que levanten la pata, la levantan; si les dicen que se sienten, se sientan. Con dinero baila el perro. ¿Descuartizar? Deber ser como si destazaras un puerco. Cortas aquí y allá, no hay bronca. Antes se respetaba ese lema de “indio no mata a indio”. Pero ya son otros tiempos. Indio que mata a otro indio, tiene cien años de perdón, por ésta. ¿Ustedes qué dicen, vales? A güevo, así quería oírlos. Son unos cabrones. ¿Ya le jalaron a la hierba? No la desperdicien, pura calidad, ¡huelan! Mi jefe: usted nos devuelve la fe o la esperanza; a la chingada la Revolución, Lucio Cabañas y Genaro Vásquez Rojas. Puras pendejadas con esas manifestaciones, no resuelven nada. Mire cómo se matan entre sí. Por eso queremos estar en el negocio verde, en el llevar y traer. Entonces, ¿estamos listos?

 

 

 

 

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