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bala perdida

 

 

 

 

Morir de miedo

 

Pepe Rojo

 

 

 

 

1. Una niña entra al cuarto iluminado solamente por la pantalla de televisión. Va descalza y en camisón, sus pasos son cuidadosos. Mira la cama, que aparentemente está vacía, pero ella sabe bien que siempre hay que desconfiar de los fantasmas que surgen de las sombras que proyecta el monitor. Después de asegurarse que no hay nadie (oye las voces de sus padres en la cocina, discutiendo sobre la cena), se para frente al monitor y recuerda la consigna: «no te pares tan cerca del televisor, te va a hacer mal». Tiene los ojos hinchados. Ha esperado más de una hora, llorando sola en su cuarto. Sus padres le prohibieron ver la película que pasaban en la tele. En la escuela, todo el mundo habla de ella. La niña duda que los que hablan de la película realmente la hayan visto. No acaba de entender el título: «El silencio de los inocentes». En la pantalla, los personajes entran a una especie de cuarto que parece servir como bodega. Hay muchas cosas guardadas, como si estuvieran revisando una mudanza que nunca sucedió. La música le incomoda, aunque no sabe por qué. Uno de los personajes, una mujer, quita una tela y se encuentra con un jarrón transparente. Adentro del jarrón hay una cabeza humana, deforme.

La niña sale del cuarto. No lo olvidará nunca.

 

 

2. Tengo el derecho a gozar de tu cuerpo.

 

 

3. ¿Lo más horrible que he visto en video? Uy, no sé, hay un chingo de cosas. Déjame pensar. Ya sé, ya sé. Te vas a reír, pero es de lo primero que me acordé. Es una película de horror, viejita, no sé, de los setenta. La masacre de Texas o algo así. Sale un tipo con una sierra eléctrica. Ya sé, ya sé, hay veintitantas mil películas así, pero de eso es de lo que me acuerdo. La cosa es que hay una familia de degenerados, y uno de ellos captura a una muchacha, y le tapa la cabeza con un costal grandote y la amarra. Después, la lleva a su carro, y ahí, la empieza a picar con un palo. Pero mientras la está picando, le empieza a preguntar qué le pasa, con una voz dulce y suave, mientras la sigue golpeando. En serio, si cerraras los ojos, si los tuvieras tapados como la chava, pensarías que estaba preocupado por ella. Y mientras le pregunta y la sigue golpeando, la chava empieza a llorar, y tú puedes ver algo en sus ojos. No sé, raro, le brillan, como si le estuviera gustando. Y la sigue golpeando, y le sigue preguntando, como si no fuera él el que lo está haciendo.

 

 

4. Volverme loco. Pero loco, loco. Así como de levantarme en la mañana y no reconocerme en el espejo. No como cagarme o mearme en la calle y que me valga madres lo que piensen de mí. No como hablar solito todo el día y ver cosas que nadie más ve. No como perder mi trabajo y quedarme sin casa. No como hablar con los dioses del pavimento y los semáforos. Loco, loco. Así como para querer matarte. Así como para recibir mensajes en mi cabeza que me indiquen que todas las personas con las que siento algún tipo de vínculo emocional quieren hacerme daño porque están poseídas por alguna entidad extraña y que la única manera de liberarlos sea asesinándolos ritualmente, con lujo de crueldad, no sé, sacándoles primero los ojos y después hirviéndolos hasta hacer una infusión que tendría que tomar para protegerme de sus miradas, y entonces hacer pequeñas incisiones en su cuerpo con una navaja para tomar baños de su sangre, después de haberles sacado la lengua para que no puedan gritar. Loco como para ver sus caras de sufrimiento y sus aullidos mudos cada vez que me les acerco y que no me importe, es más, que hasta sienta alegría al saber que estoy haciendo lo correcto. Loco como para tener que ingerir sus órganos internos para protegerme de su crueldad. Loco como para colgarme su sexo como collar.

Así, loco loco.

 

 

5. Que si el SIDA. Que si la gripa porcina. Que si las deudas. Que si el fin del mundo. Que si las enfermedades. Que si los gastos médicos. Que si quedarse solo. Que si te asaltan y te matan. Que si te violan. Que si tienes un accidente. Que si no tienes seguro. Que si los vecinos. Que si los extraños. Que si la capa de ozono. Que si el calentamiento global. Que si los alimentos son tóxicos. Que si los insectos. Que si la contaminación. Que si los asesinos. Que si el ejército. Que si el narco. Que si los policías. Que si los desconocido. Que si el más allá. Que si Chthulu. Que si las pistolas. Que si la oscuridad. Que si los ruidos. Que si ahogarse. Que si asfixiarse. Que si la pobreza. Que si la locura. Que si la muerte. Que si esto. Que si lo otro.

 

 

6. Aguas Blancas, Colosio, la hoguera para el violador de mujeres, Kennedy, ejecuciones en vivo, Rodney King, avistamientos de OVNI’s, incendios, inundaciones, vea como un perro salva a toda la familia, etcétera, etcétera, etcétera, todo esto y más, hoy a las nueve, en Visión Real.

 

 

7. ¿Que qué me da miedo?

El futuro. El futuro me da miedo.

 

 

8. Estaban en un balcón, echándose una chela. Ya se habían fumado un gallo. A sus espaldas, la fiesta estaba a todo lo que daba. En frente y abajo, cientos de personas recorrían la Revu buscando desmadre. Era como un desfile desesperado. Alguien hizo una broma y todos soltaron la carcajada. La yerba estaba haciendo efecto. La risa disminuyó y se quedaron en silencio, viendo las luces de la ciudad a lo lejos.

Y entonces ella dijo:

—No mames, y pensar que nosotros aquí nos la estamos pasando pocamadre mientras en algún lugar de la ciudad alguien está secuestrado y lo están torturando en este mismo instante.

 

 

 

 

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