Para llenar la explanada del Palacio de Gobierno durante la celebración del Grito de Independencia, el gobierno del estado que encabeza Héctor Astudillo Flores contrató tres números de la empresa Televisa, Gloria Trevi, la Sonora Dinamita y el imitador Gilberto Gless.
La función, junto con la comida que se repartió a la gente, costó más de dos millones de pesos al erario.
El gobierno estatal utilizó la vieja estrategia de los gobernantes romanos de dar "pan y circo" al pueblo. Y le funcionó. La gente se aglomeró en la explanada del Palacio desde las 5:00 de la tarde y se retiró después de la 1:00 de la madrugada del viernes 16.
La seguridad para los funcionarios estuvo garantizada, ya que desde la mañana del 15, cientos de policías antimotines estatales apoyados por agentes federales cubrieron el perímetro del Palacio de Gobierno.
Además, un gran trecho de los dos carriles del Paseo Alejandro Cervantes Delgado, mejor conocido como el encauzamiento del Río Huacapa, estuvo protegido con vallas metálicas y arcos detectores de metales.
La mañana del jueves 15, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) que dirige Reyes Ramos Guerrero, la Asamblea Popular de Pueblos de Guerrero (APPG), que lidera Nicolás Chávez; estudiantes de Ayotzinapa y padres de los 43 normalistas desaparecidos, realizaron una marcha de protesta contra el presidente Enrique Peña Nieto, por la presentación de 43 desparecidos y por la abrogación de la reforma educativa.
Los manifestantes tenían planeado ir al Palacio, pero dos cuadras antes fueron replegados por policías antimotines.
Durante la verbena, los policías encargados de la revisión para ingresar al Palacio a la función no permitieron el ingreso con refrescos, mucho menos con cervezas.
Pero la medida no fue obstáculo para quien al calor de l a Noche Libre quisiera emborracharse. Afuera de la tienda Oxxo ubicada a una cuadra del Palacio, decenas de jóvenes tomaban bebidas embriagantes.
Casi a las 11:00 de la noche, el público ya había presenciado el espectáculo de Gilberto Gless, quien imitó al recién fallecido Juan Gabriel y a Vicente Fernández, y pedía a gritos la presencia de la estelar de la noche, Gloria Trevi.
Arriba en el balcón del despacho del gobernador se paseaban algunos funcionarios y uno que otro periodista que con aires de perdonavidas miraba con desdén a la muchedumbre.
Las canastas con tacos, chalupas, tostadas y los vitroleros con agua de jamaica prácticamente fueron arrasados por la gente.
A las 11:00 de la noche en punto apareció en el balcón el gobernador Héctor Astudillo con traje azul oscuro y camisa blanca.
A pesar de que la multitud se percató de que Astudillo estaba a punto de comenzar la tradicional ceremonia de El Grito de Independencia, no dejaba de pedir a gritos la presencia de Gloria Trevi.
“Trevi”, “Trevi”, “Trevi”, retumbó en la explanada.
Después del acto oficial, que duró escasos diez minutos, vino un espectáculo de juegos pirotécnicos.
A las 11:20, el regocijo de los millares de asistentes estalló porque por fin tenía frente a ellos el verdadero motivo por el que habían acudido al Palacio: la expresidiaria Gloria Trevi.
Familiares de funcionarios que estuvieron en el balcón de la oficina del gobernador, empezaron a subir en las redes sociales videos donde Astudillo da el grito y de los invitados especiales.
En uno de los videos se ve que el cuestionado alcalde de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, también de traje azul, se acerca a Astudillo cuando éste termina el acto protocolario y le da una palmada en la espalda.
“Muy bien, muy bien”, se escucha que le dice. Astudillo ni lo voltea a ver.
También aparece en uno de los videos el controvertido exalcalde de la capital Mario Moreno Arcos, quien, según un informe de la Auditoría Superior de la Federación, no ha solventado recursos públicos de más de 50 millones de pesos del ejercicio fiscal 2013.
La semana pasada, en que Guerrero registró cierto relajamiento en cuanto el número oficial de homicidios, Astudillo tuvo encuentros públicos, aparte de Moreno Arcos, con otro político controvertido, pero éste del PRD: Bernardo Ortega Jiménez.
Ortega, exalcalde de Quechultenango, expresidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local y miembro de la corriente Nueva Izquierda, ha reconocido que sus hermanos forman parte de un grupo criminal (Los Ardillos), pero dice que él no responde por lo que hagan sus familiares. A él, ataja, que lo juzguen por sus hechos.
Informes oficiales señalan que Los Ardillos controlan Quechultenango, Chilapa y Tixtla, aunque en estos dos últimos municipios tienen una férrea disputa con Los Rojos.
El encuentro “casual” de Astudillo con Bernardo Ortega se dio en Quechultenango en un acto oficial que encabezó el mandatario.
En el caso de Mario Moreno, con quien se sabía que Astudillo tenía un distanciamiento, al parecer se reencontraron.
En el año 2014, en un acto en la comunidad de El Ocotito, el empresario Pioquinto Damián Huato, acusó al entonces alcalde Mario Moreno de tener nexos con el grupo delictivo Los Rojos.
Ese mismo día en la noche, Damián Huato sufrió un atentado cuando a bordo de su camioneta llegaba a Chilpancingo por la Autopista del Sol.
La nuera del empresario murió en ese atentado.