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opinión

 

 

 

 

FOCOS ROJOS

José María Hernández Navarrete

 

Gobiernos estatal y federal. Problemas de ingobernabilidad. [Foto de Internet]

 

 

 

Prácticamente a dos meses de las elecciones del 7 de junio, el gobierno de Guerrero tiene ante sus narices graves problemas de gobernabilidad que hacen inviable la realización de los próximos comicios. Son focos rojos que requieren de una pronta y eficiente atención, no es con “curitas” y/o dejárselos al siguiente gobernador, sino de resolver con una visión de mediano plazo; es decir, la garantía, por un lado, la votación de los representantes populares y, segundo, un cambio pacífico de los poderes del estado.

1.- Es triste y lamentable la petición de los padres y familiares de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 y 27 de septiembre del año pasado, dirigida a Santiago Mazari Hernández, El Carrete, jefe del grupo criminal Los Rojos, para que los ayude a encontrar a sus hijos puesto que el gobierno ha sido incapaz de dar con ellos y encontrarlos con vida.

Además, como lo dicen los padres, el gobierno no ha actuado con seriedad en la búsqueda y ellos niegan rotundamente hayan sido incinerados puesto que las evidencias que presentan son insuficientes y sin sustento.

La solicitud a El Carrete muestra en toda su dimensión la incapacidad del gobierno para dilucidar el destino de los jóvenes normalistas desaparecidos. El Estado tiene la obligación de proteger la vida y los bienes de los ciudadanos que lo conforman. Una obligación insoslayable, la que no puede ni debe pasar por alto o sencillamente ignorarla. Hacerlo significaría que el Estado se niega a sí mismo, niega su naturaleza de ente producto del consenso social, al cual se le otorgan facultades e instrumentos para la regulación de la sociedad, como son las leyes, ejército y policía. Pero si no puede ejercerlos con eficacia e eficiencia, los ciudadanos tienen todo el derecho para hacerse de nuevos aparatos e instrumentos con el fin de aprovechar las leyes y amplíe los márgenes de la aplicación de la justicia. No es, entonces, con desplantes autoritarios ni conmiseraciones al dolor, como la expresada por el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, en una comparación entre el dolor de Jesús y el dolor de los padres con la pérdida de sus hijos. Como es de suponerse, esta demanda de la aparición con vida de sus hijos, continuará y estará presente durante y después del 7 de junio.

2.- El estado de Guerrero vive, desde hace tiempo, un clima de inseguridad pública que impacta en todos los niveles de la vida misma de los ciudadanos guerrerenses y visitantes. A diario y en todas las regiones económicas de la entidad, se conocen de muertos, heridos, enfrentamientos entre Ejército y policías contra la delincuencia organizada, entre bandas delincuenciales, secuestros, decapitados, desmembrados, torturados, pagos de piso, extorsiones, complicidades, colusión, corrupciones, daños colaterales, presencia, muchas veces de las autoridades y funcionarios públicos en más de una impunidad, etcétera, etcétera. Es un abalorio en un círculo sin fin.

En Guerrero, la presencia de miles de elementos de la policía federal, gendarmería, Ejército y Marina comisionados en la vigilancia de la seguridad de la población, no ha disminuido la actividades de los grupos delincuenciales, sino por el contrario la ha reavivado debido a la gran cantidad de decesos y daños a la sociedad. Cuando el gobierno tenga tiempo de hacer un recuento de las consecuencias sociales de la lucha contra el crimen organizado, dará cuenta, sin duda, de que una generación de jóvenes fue sacrificada por el encanto de la aventura y de una felicidad fugaz y relampagueante, creada con el destello de espejos y cuentas de vidrio, a cambio de su joven vida. Margarite Yourcenar escribía en su bella, bellísima novela Las Memorias de Adriano, que “los dioses los quieren jóvenes”.

3.- Hace días GCE presentó un informe sobre confianza a los industriales de Canacintra, de 56 instituciones públicas y privadas, oficios y profesiones y seis mil entrevistas, obteniéndose los siguientes resultados: cuatro de cada 10 cree que la democracia va en retroceso; la mitad de los jóvenes de entre18 y 30 años considera que el país está estancado, y sólo uno de cada 10 piensa que está avanzando. En el rango de mayor a menor desconfianza, los gobernadores, el Presidente de la República y los presidentes municipales ocupan los lugares 27, 34 y 40 respectivamente; el Senado el 44; los diputados federales el 47 y los locales el 48; los partidos políticos con escasa confianza del 2.8%; En profesiones, oficios y ocupaciones, en el nivel más de bajo de confianza se ubicaron a los diputados, senadores, funcionarios públicos, policía municipal, jueces y abogados; y en sentido contrario, bomberos, artesanos, enfermeros, agricultores, médicos, estudiantes académicos, deportistas, militares e ingenieros quienes ocupan los 10 primeros lugares con mayor confianza. (Datos obtenidos de Milenio, 280315, p. 2)

La encuesta se aplicó en el D.F., Guadalajara y Monterrey, principalmente, aunque también en el resto del país. Es importante debido a la percepción de los ciudadanos y más por el presente proceso electoral en el estado, donde las instituciones, en su mayoría, tienen niveles de desconfianza muy altos, y el Presidente de la República muy cuestionado por la población.

4.- Mientras tanto, en Guerrero situación actual no es de ninguna manera halagüeña; por el contrario, de 95 mil 200 empleos necesarios en 2014, se crearon 2 mil 592 empleos permanentes, lo cual ha incrementado el empleo informal a 72.3 por ciento, que también tiene una alta significación: el trabajador informal carece de normas mínimas de seguridad social, atención médica y seguro de jubilación, entre otras. El actual gobierno estatal recibió del anterior que 57.6 por ciento de la población se encontraba en pobreza laboral (sin un ingreso laboral suficientemente elevado como para poder alimentar a todos los integrantes del hogar); ahora lo dejará en 61.1 por ciento, en otras palabras, con más pobreza y muy por arriba de 42 por ciento de la media nacional. Guerrero, está sólo por encima de Chiapas y Oaxaca (El Financiero, 010415, p 10).

La población indígena de Guerrero equivale a 10 por ciento, arriba de los 300 mil. El analfabetismo alcanza 16 por ciento. Pero en Guerrero, en los municipios con mayoría indígena como Metlatonoc, no saben leer ni escribir en español más de 80 por ciento; además, el estado tiene algunos de los municipios más pobres, de los un poco menos de tres mil en el país.

Guerrero, junto con Oaxaca y Chiapas, forman la región del Pacífico Sur, casi con los mismos problemas: alta población indígena, grandes riquezas naturales, sobreexplotación de bosques, aguas y riquezas mineras, pobreza extrema, analfabetismo, desarrollo o crecimiento sin impacto en el Producto Interno Bruto, turismo y zonas turísticas vírgenes o de escasa inversión atractivas para inversores de alto turismo (de competencia mundial).

5.- Siendo Ángel Aguirre gobernador del estado en activo, se encargó durante su gobierno de perseguir a las policías comunitarias: logró dividir a la CRAC de San Luis Acatlán y encarcelar a Nestora Salgado y llevarla a un reclusorio se alta seguridad en Tepic, Nayarit. También, logró la detención y encarcelación del dirigente de los opositores de la Presa La Parota, Antonio Suástegui, el cual ya fue reubicado en el reclusorio de La Unión, Guerrero. Pero, el problema subsiste, con el encarcelamiento de Nestora no se ha resuelto la división de la CRAC, y con el traslado de Suástegui, la oposición a la presa tampoco termina.

Cuando Aguirre Rivero era gobernador creó la UPOEG, una policía ciudadana como alternativa de lucha contra el narcotráfico y a la inseguridad pública, a la cual auspició, armó y financió, encabezándola Bruno Plácido, un desprendimiento de la CRAC. Ésta a su vez se dividió y creó un ramal denominado FUSDEG, siendo su base en Petaquillas, pueblo vecino conurbado a la capital Chilpancingo; y ahora a punto de terminar su licencia, ambas agrupaciones armadas con tolerancia estatal han llegado a enfrentamientos con altos costos en vidas humanas. El desarme y el regreso a la vida civil de inmediato. Dejarlos se corre el riesgo de poner en duda la autoridad del estado.

6.- Ante este escenario, las elecciones tienen un grave problema: el de la garantía ciudadana. Y es casi imposible hacerlas como en tiempos normales. El presidente del INE, Lorenzo Córdoba, pedirá a las fuerzas de seguridad garantizar el proceso electoral, declaración hecha ante los miembros ejecutivos del Consejo Coordinador Empresarial. Bueno, ante tal declaración, pues habrá que recomendarles a las autoridades electorales que llamen a todo el Ejército, Armada de México, policías federales y estatales, gendarmería, y comisionar, cuando menos a dos o tres de éstos, por casilla electoral.

Pues bien, las elecciones están blindadas, según las declaraciones de Córdoba, presidente del INE. Los partidos que nada nuevo ofrecen porque carecen de ideas y de programa para el país como para el estado.

Lástima para un pueblo de ciudadanos sin opción para mejorar y dejar de ser el estado atrasado económica y socialmente, atrapado en la presencia de los caciques obstáculos del desarrollo y abandonado en medio de la corrupción, complicidades, violencia e impunidad, es decir, los madrazos contra la población vienen de todos lados, y lo único que le queda es agacharse y evitarlos.

Sin embargo, la esperanza y las ideas es lo último que desaparecen. La fuerza está en todos los ciudadanos, nadie viene al rescate. Vienen, eso sí, a saquear las muchas riquezas y a quitarles la vida a cada uno de los ciudadanos. Por eso, urge la unión de todos, que nadie esté excluido. Todos, juntos, no hay otra salida para el hombre libre.  

 

 

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