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Entrevista con Eduardo Montaño Salinas

Tres años no bastan para transformar
la realidad de un pueblo:
Lalo Montaño

(Segunda de dos partes)

 

Eduardo Añorve

 

 

 

 

(Ver primera parte)

 

 

 

-Vas a terminar tu periodo legislativo…

En eso ando, en ese proceso…

¿Vas al gobierno estatal?

Voy a terminar mi periodo, que es lo que más me urge, sacar algunos pendientes legislativos; después, seguir trabajando en la política, porque… mis compromisos con la gente… yo soy un hombre al servicio de la gente, y lo voy a seguir siendo en cualquier trinchera que me toque. Vamos a platicar con el gobernador electo, con el cual me une una amistad de años… no ha nacido esta amistad en esta campaña sino que viene desde mucho tiempo atrás… y ver si le soy útil en su gobierno, y si no lo considera así, de todas formas yo voy a seguir haciendo política.

Aunque no es lo mismo estar fuera del presupuesto si se quiere trabajar por la gente, gestionar, por ejemplo; eso hace la diferencia, ¿no?

La diferencia es que en una situación te vuelves ejecutor y en la otra eres gestor; ésa es la gran diferencia.

¿Hay alguna área en especial, que te interese?

Cualquier área es importante en el gobierno, hasta las áreas pequeñas uno las hace grandes, de acuerdo al compromiso que tengas. Por ejemplo, si me dieran la oportunidad de formar parte del gobierno… la principal decisión la tendría que tomar el gobernador, y yo lo único que puedo decir es: donde yo le pueda servir, porque solamente aquellos que están pensando en beneficiarse de manera individual son los que empiezan a decir en qué área quieren. Aquí lo importante es que el gobernador te diga dónde lo puedes ayudar.

¿Y si no fuera así?

Si no fuera así, que no me considerara dentro de su gobierno, pues, tan amigos como siempre.

¿A qué se dedicaría entonces Lalo Montaño?, ¿a escribir sus memorias?, ¿a cuidar sus vacas?, ¿a sembrar?

(Risas) Mira, yo soy licenciado en Economía; tengo un ganado y un rancho que nos dejó mi padre a la familia, me gusta mucho el asunto ganadero… me dedicaría a reiniciar mis actividades, seguir con mis estudios, tal vez para concluir mi maestría, seguir superándome y seguir haciendo política.

Hay políticos, como Óscar Chávez Rendón, por ejemplo, que tienen plaza en la Universidad (UAgro) desde hace mucho tiempo y se dedican a otras cosas, como hacer política, por ejemplo; ¿tú no ves ese tipo de posibilidades dadas tus relaciones con el que será el nuevo gobierno del PRI en el estado?

No, yo no. Yo me he dedicado a hacer política nada más. Eso es inmoral, es lo peor que podría hacer yo. Cada salario por el que te paguen debes desquitarlo, ¿no?, hay que hacer la chamba; yo no soy aviador. Me sentiría mal conmigo mismo; no forma parte de mis principios. Si quieres formar parte del gobierno, ayuda, y haz tu trabajo; pero si te quieres convertir en un aviador… igual, algunos tienen sus ideas, pero ésa no es la mía. A mí, si me dicen: Te damos un recurso, vente de aviador en el gobierno del estado, no lo aceptaría, no forma parte de…

¿Y en el gobierno municipal?

¿Cuál?

El de Ometepec. Tal en busca de reconciliación te ofrezcan que los asesores, no sé…

(Risas) No. Mira, yo ya fui presidente y diputado; esas son cosas que no me quitan el sueño. Ya tengo… yo creo que uno goza de cierto estatus, ¿no? Esos espacios deben de ser para personas que forman parte de sus ideas, de querer formar parte de un gobierno municipal…

¿No puedes recomendarme?

(Risas) No. Yo creo que no soy la mejor vía. Yo creo que hay que dejar que cumpla con sus compromisos el ciudadano presidente, el que va a ingresar, y que cumpla con todas las expectativas y con todos los compromisos, que yo creo que son muchos.

Aparte de tu deseo, siendo realistas, ¿tú crees que podrá?

Yo lo veo complicado porque creo que llegar así como llega, con un sinnúmero de compromisos, con esa gran cantidad de gente que quiere trabajar en el ayuntamiento… no creo que haya dinero que les alcance.

A veces los políticos inducen en la gente ese tipo de ideas, de talante mágico: Todo se va a resolver en cuanto yo llegue al gobierno. ¿Por qué la gente cree esas cosas?

Porque la política es una etapa de ilusiones también, y de esperanzas de la gente. En campaña se crean muchas esperanzas, pero lo que sí te puedo decir es que tres años no bastan para transformar la realidad de un pueblo. Hemos tenido gobiernos… el propio PRD estuvo 10 años en el gobierno (estatal) y dime qué hizo, que tanto dijeron que iban a hacer el cambio. Aquí, los proyectos deben ser a mediano y a largo plazo.

¿Cuánta gente crees que votó por Omar realmente?

Bueno… yo creo que allí están los resultados, ¿no? (Risas)

Digo, cuántos crees. Yo puedo checar los resultados oficiales, claro, pero…

Real, real, no sé. Yo considero que… de repente, en política se mueven intereses… yo creo que hay algunos que votaron por dinero, algunos que votaron por programas, otros votaron por otra cosa…

¿Por rechazo a Montaño?

Igual y puede ser, porque uno no es monedita de oro. Uno, en política, tiene adversarios políticos, pero yo considero que el tiempo es el que va a dar muchas esas respuestas. A ver si esas alegrías no se vuelven decepciones…

Debes ser más preciso, porque eres como el oráculo: hay que interpretar lo que dices…

(Risas) Pues, es que sí, así debe ser…

No, porque no estás frente al electorado.

Yo me siento contento porque considero que la gente que nosotros teníamos contemplada salió, ¿no? Son 9 mil 500 votos; la gente del partido debe sentirse contenta, es una gran cantidad de votos, es un buen capital político…

Claro, Supongo que para el candidato a gobernador fueron buenos…

Claro, son 9 mil 500 votos que, pues… None, en una elección, que la ganó por más de mil y tantos votos, sacó 9 mil 100 votos, nomás que la diferencia fue que el PAN sacó 6 mil, y otros partidos también sacaron votos; en ésta no, en ésta, te digo… fue una elección atípica…

¿Fue más hábil Omar?

Yo creo que más que hábil tuvo gente que le ayudó a hacer buenas negociaciones…

¿A ser hábil?

Yo creo que tuvo algunos operadores que…

Seré amarillista: ¡Nombres, nombres!

(Risas) No… Yo creo que…

O sea que algunos ranchos ya se van a recomponer…

(Risas) Con el tiempo, como te decía, y en la medida de que se vaya acercando la llegada de ese gobierno “del cambio” vamos a empezar a ver los nombres y apellidos de la gente que estuvo detrás de Omar…

Recuerda que existe libertad de expresión…

–…porque no se pueden ocultar todo el tiempo. En mí, al menos hubo transparencia: la gente que anduvo conmigo, ésa allí está. En la campaña de él… ya pronto van a estar apareciendo nombres y apellidos, y se van a ver en la nómina, y se van a ver en muchos asuntos. Y en la medida en que vaya pasando el tiempo también va a empezar a verse la gente que dijo que estaba con uno y que, de repente, estaba del aquel lado. El tiempo es el que va a dar las respuestas. Las mías, ya las tengo…

¿Cuáles son las tuyas?

Pues, las mías: que tengo 9 mil 500 votos. Otra, que la política que yo he venido practicando ha sido congruente con lo que he estado haciendo, porque, lo vuelvo a decir, me he hecho solo en la política, he tomado mis propias decisiones, no hay nadie que me manipule, toda mi vida he tratado de hacerlo así, nadie me puede decir que he gozado de privilegios; no, vengo de la cultura del esfuerzo, y es lo que he venido profesando.

Soy un candidato que tal vez lo que le haga falta es dinero; también lo tengo que decir, pero, pues, porque no tengo suficiente dinero, por eso hice mi campaña como la hice, y no soy de los que dicen que son pobres ni me gasté toda la lana…

Bueno, yo no alcancé ni una playera…

(Risas)

¿No te sobró alguna por allí?

(Risas) Ya no quedaron.

¿Te gusta José José?

Sí.

¿Qué canción te gusta?

La nave del olvido…

La nave del olvido. Pensé que te gustaba Ya lo pasado, pasado…

(Risas)

¿Has bebido?, ¿bebes, tú?

No mucho.

¿Cómo te sales de tus tensiones? En algún momento de tu campaña te vi como zombi…

Más que eso, a mí me gusta mucho estar pensando, no soy una persona que la veas todo el tiempo echando relajo, no. Soy un hombre que piensa mucho…

Pero parece que siempre estás alegre, feliz…

No, tengo muchos momentos de estrés…

De envergamiento: ¡No! ¡La chingada! ¿Por qué no hacen las cosas como les estoy diciendo?

No, soy muy dado a tener momentos para mí mismo, para pensar, y de pronto me puedes ver dialogando y echando relajo, y de pronto me doy mis espacios para pensar, y mucha gente dice: –Bueno, ¿qué tienes, por qué estás así? –No, sólo pienso.

En esta campaña, tu esposa se involucró totalmente, con pasión, con enjundia; ¿le pegó lo de la derrota?

No tanto, porque yo le dije que las campañas hay que disfrutarlas, son momentos de un encuentro con el pueblo, de un diálogo franco, de hablarles del proyecto, de lo que queremos para cada una de las comunidades. Hemos hecho un buen equipo con ella; dialogamos mucho, y cuando se terminó la jornada electoral y los resultados no se dieron, nos abrazamos. Le agradecimos a dios, pues, como quiera que sea, fue una batalla, ¿no?

Tú le agradeces a dios; Omar dice que dios le dio el triunfo, y hay gente que también dice eso; ¿con quién estaba dios?, ¿de aquel lado o de este lado?

Mira, yo creo que los designios que toma él, con el tiempo son perfectos. Igual, si a mí no me tocaba en esta ocasión, pues, ni modo, la gente decidió, ¿no?, no dios. Yo no le reproché a dios que no hubiera ganado, porque no puedo condicionar mis ambiciones particulares a decisiones que son superiores a mí…

¿En qué momento te tocó llorar?

No lloro, soy un hombre que muy poco lloro, porque tengo años en la política, y eso me da una visión diferente.

Es decir, ¿en ningún momento entras en crisis?

No, no, estoy tranquilo, estoy en paz…

Me refiero a todo el proceso… seguramente hay momentos muy cabrones… “¡Oyes, nos están chingando, nos llevan cinco mil votos!”

No, porque… cuando ya termino la campaña, hablo con todos los compañeros y les digo: “Como candidato, ya hice mi trabajo, puse lo mejor de mí, hice una buena campaña, buenos discursos; quedo en manos de la gente”.

Sé que hay cuatro factores: el candidato, su estructura, la gente y las fuerzas del mal…

–…y les dije: “Hasta aquí, ya cumplí con mi trabajo…”.

Hay muchos candidatos que van con el brujo, el adivino, el hechicero, el santero… ¿qué te dijo el tuyo?

(Risas) ¿Mi gurú? Pues, mi gurú decía… no era santero ni nada, sino que son los números, las encuestas. Íbamos bien, pero, pues, bueno, las cosas cambian, el electorado puede cambiar de un momento a otro. Para algunos, esta etapa de campaña es una etapa para solucionar muchos problemas; aquí, en esta etapa todo mundo… hay mucha gente que llega: “Oye, debo tanto”. “¿Sabes que se me enfermó mi hijo?” Es la etapa donde todo mundo se enferma y tiene problemas, y yo creo que no pude solucionar a muchos enfermos y a muchas deudas, ¿no? Así que yo creo que muchos de esos que no pudieron encontrar respuesta aquí, pues, tuvieron que irse a otro lado donde sí les dieron.

 

 

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